
Érica Aranda está desesperada y luego de 7 años de lucha incesante, ya no sabe que hacer. Fruto de su anterior matrimonio, tuvo dos hijos, a los cuales actualmente no puede acercarse. Todo comenzó tras el divorcio. Tanto ella como su ex rehicieron sus vidas y durante un tiempo tuvieron visitas compartidas.
Sin embargo todo cambió. Érica aseguró a DIARIO DE CUYO que ella denunció a la esposa del papá de sus hijos por supuestos malos tratos. Días después, llegó la noticia que cambiaría su vida para siempre. "Hizo muchas falsas denuncias, inexistentes. Primero denunció a unos nenes, vecinos, amiguitos de mis hijos diciendo que habían abusado sexualmente de ellos y que yo los maltrataba. Desestimaron esa causa. Después me denunciaron a mí y ami esposo por abuso sexual y corrupción de menores hacia mis hijos", manifestó la mujer.
"Con mi pareja estuvimos 8 meses presos. Los médicos legistas constataron que los niños no tenían lesiones, que no hubo abuso. Hubo allanamientos con resultados negativos y una Cámara Gesell en la que no se comprobó nada. Nos dictaron falta de mérito y quedamos libres. Esa falta de mérito quedó firme", aseguró.
Ya en libertad, la causa siguió. Érica pasó meses en Tribunales, moviendo cielo y tierra para que todo tuviera un final definitivo, porque pese a la falta de mérito, aún no podía ver a los chicos. "Pasaron los años y nada. En 2015, el doctor Correa resolvió el sobreseimiento, pero la querella apeló y la causa "durmió un año en Cámara y la anularon por mal desempeño del juez", según relató la mujer.
"El delito no se cometió. De sobreseídos, volvimos a procesados. Ya cumplí 7 años sin ver a mis hijos, no resuelven nada. Cuando habían pasado 5 años, me dieron una revinculación con mis hijos que no duró ni un mes. Los veía 2 horas, los sábados, con el padre y su mujer vigilándolos detrás de un vidrio. Había una psicóloga pagada por el padre que hacía informes malos. Yo le dije a la jueza que pusiera una psicóloga del estado, que no era posible que hubiera una psicóloga de parte. De ahí no volví a verlos nunca más, no sé ni donde viven", agregó.
Érica se quiebra y revela que los chicos no sólo no pueden verla, sino tampoco a ningún miembro de su familia. "Mis abuelitas murieron esperando volver a verlos. Tengo miedo que mi papá se vaya sin verlos. ¿Dónde está la justicia? No hay derecho de la madre, no hay derecho de los niños", manifestó y aseguró que está frente a un caso de alineación parental.
"Ya se pasó toda la infancia de mis niños, esto es insoportable. Tiene que haber Justicia, aunque sea divina", concluyó.
