No hay que juzgar a un libro por su tapa. Este refrán de origen inglés, que nos recuerda que no deben emitirse juicios de valor por las apariencias, quizás debería ser un mantra para las redes sociales, pero no, es una asignatura pendiente. La periodista española Olatz Vázquez sufrió de burlas y comentarios crueles por padecer una enfermedad, los haters no midieron su capacidad de daño y ella lo padeció, pero tuvo la valentía de enfrentar los prejuicios.
La joven de 26 años fue diagnosticada con cáncer gástrico con metástasis abdominal en junio. En los últimos meses, perdió más de ocho kilos al recibir seis sesiones de quimioterapia, la última a pocas semanas de la Navidad.
Vázquez se volcó a la fotografía, una de sus grandes pasiones, para atravesar este momento. Le sirvió como terapia y, a la vez, como registro de cómo es vivir con un cáncer gástrico y un tratamiento agresivo de quimioterapia siendo veinteañera.
La joven compartió varias imágenes de sí misma en las redes sociales y la reacción de algunos usuarios dejó mucho que desear.
Algunos mensajes que le llegaron tanto en Twitter como Instagram eran recriminatorios por mostrar un cuerpo tan delgado. La periodista decidió dar una lección de respeto y humildad a quienes la atacaban sin conocer su historia.
Si tanto os gusta opinar sobre mi cuerpo, de acuerdo, hablemos de él. Mido 1′66 centímetros y peso 42 kilos. En los últimos cuatro meses he perdido ocho. ¿Por gusto? No. Por un cáncer gástrico y seis ciclos de quimioterapia”, explicó la joven en noviembre.
“He tenido que comprarme ropa nueva porque la que tenía me quedaba grande. Pantalones, vestidos y remeras que me encantaban guardadas en una caja porque mi cuerpo ya no era el mismo. He tenido que mirarme en el espejo y reconocerme de nuevo en sus nuevas curvas, nuevos huesos salientes, nuevas proporciones. Me he enfrentado a la báscula cada semana con miedo por ver el resultado. He llorado mirándome en el espejo. Lo único que me reconfortaba eran las palabras de mi oncóloga tras las analíticas: ‘Olatz, estás perfecta’. Porque en muchas ocasiones delgadez no es sinónimo de desnutrición”, expuso la joven en un hilo en Twitter.
“He tenido que aceptarme y quererme en un cuerpo nuevo. Y os digo una cosa: lo quiero. Lo quiero con toda mi alma porque está luchando contra un gigante. Y lo expongo, sí, porque estoy orgullosa de él; de lo que ha pasado estos últimos meses, de cómo ha afrontado un tratamiento muy agresivo y de cómo, a pesar de todo, me sigue pidiendo correr, saltar, bailar y disfrutar”, concluyó Vázquez.
Con la repercusión que tuvo su descargo, se generó un debate en redes sociales sobre si el hecho de exponer la enfermedad y el cuerpo en sus fotografías daba derecho a la gente a opinar sobre él.
