La balanza comercial cerró septiembre con un superávit de U$S 314 millones, el primer resultado positivo desde diciembre del 2016, en el marco de una retracción del intercambio, informó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Durante septiembre, y en medio de la volatilidad del dólar en el mercado local, las exportaciones bajaron 4,8% para sumar U$S 5.013 millones, mientras que las importaciones, también afectadas por la caída de la actividad económica, bajaron 21,2% para sumar U$S 4.699 millones.

Salvo las exportaciones de energía y combustible, que crecieron 81% en términos interanuales, todos los demás rubros, ya sea tanto en las ventas como en las compras al exterior, cerraron con caídas en sus cantidades.

Así las exportaciones de "productos primarios" bajaron 35% en sus cantidades, por la menor venta de porotos de soja. Sólo la venta de combustibles, principalmente aceites lubricantes y energía a Brasil, aumentó 81% en cantidades para alcanzar los U$S 433 millones.

En tanto, la significativa caída del 40% en las importaciones de bienes de capital se explicó principalmente por menores compras de vehículos, automóviles, tractores, y otros, con U$S 210 millones.

El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, había adelantado que "en los próximos meses, comenzaremos a ver resultados superavitarios", debido al tipo de cambio más competitivo y una menor demanda de insumos ante la retracción económica. El superávit más importantes de septiembre corresponde al comercio con Chile. En septiembre, el comercio con el Mercosur representó 23,6% de las exportaciones totales y 23,3% de las importaciones, y dejó un saldo favorable de U$S 88 millones. Esta es la primera vez en veinte meses que Argentina logra un saldo positivo en su balanza comercial y se explica por una fuerte caída de las importaciones en septiembre, un mes que estuvo marcado por una fuerte depreciación del peso argentino frente al dólar.