Señor director:

En un clima desértico como el nuestro, con una sequía declarada que está provocando numerosos problemas, las lluvias de los últimos días se han convertido en un bálsamo para nuestra humanidad. Observar que el agua cae desde el cielo, como si fuera una bendición, puede llegar a convertirse en uno de los acontecimientos más reconfortante. Son las plantas en general las que más se benefician con las precipitaciones. Está comprobado que después de una lluvia el verde es más verde y que las hojas quedan limpias y lustrosas.

Ojalá que se sigan sucediendo estas lluvias reconfortantes de verano, para que la forestación alcance su esplendor y cumpla con el objetivo de proporcionarnos sombra en el caluroso verano sanjuanino.

 

Marcelo González
DNI 16.972.804