Fuente: Revista Noticias – Infobae – 

El hogar es el lugar sagrado de todos en medio de la pandemia. Lo volvió importante porque la gente quiere cada vez más comodidad y, es lógico en medio de todas las medidas que tuvimos que internalizar nuevas y hoy son parte de la vida. Pasamos mucho tiempo dentro de casa y esto hizo que se re descubrieran lugares y también hubo que transformar otros para hacerlo más práctico. Deberes de los chicos, trabajo, entretención, actividad física y disfrute al mismo tiempo, son algunas de las rutinas que muchos llevan dentro de su refugio. Lo primero que visualizó la gente es la valoración de un espacio al aire libre, sea patio, balcón, jardín o terraza. El verde se convirtió en esperanza – así como dice la canción – plantas tanto en el interior de casa como renovar los jardines existentes, fue una de las cosas más buscadas en medio del coronavirus. Y, hoy la necesidad de una piscina por el calor, sea del material que fuere, éstas están agotadas.

La vida cambió para muchos y lo cierto es que la familia converge en un lugar indiscutido, la cocina, otro protagonista de la vida actual, el aporte de cada miembro hizo maravillas con recetas que salieron por doquier en todas las redes sociales; y que cada uno quiso mostrar su habilidad culinaria.

Otra entretención fue Netflix y la buena lectura, por ende el estar o donde está la tele, se convirtieron en espacios esenciales para el despeje. Cada uno de estos sitios fueran grandes o pequeños se reinventaron para pasar los momentos más duros que sufrió el mundo. Por ello rescatamos la reflexión de un destacado arquitecto cordobés, dando una mirada futura pero cargada de experiencia y rescatando lo propio de cada lugar. Julio Oropel, arquitecto, interiorista, diseñador dijo: "La gente quiere rodearse de elementos lindos, de aromas interesantes; lograr que su cocina sea más funcional, que su cama sea más cómoda y el living más acogedor. El diseño se hizo presente para aportar elementos a tu hábitat en el cual puedas vivir cada vez mejor. Hay una introspección, un regreso a lo artesanal, a los olores, las texturas puras, a lo elemental. Desde la pandemia hay una mirada más fuerte sobre el concepto del diseño responsable y el consumo responsable. Buscar objetos únicos, que sean funcionales y amables con la naturaleza. La naturaleza es el norte. Todas las tendencias apuntan a cuidar la energía, en especial frente a estos cambios acelerados que se dieron de golpe". Y en esa búsqueda, desaparecerá lo masificado porque todo tiende a lo artesanal a la pieza única o a las series limitadas, pero siempre destacando lo propio de cada lugar. Lo que va a trascender en el mundo es lo que tiene identidad. Todo es diferente, incluso con la ropa. La tendencia es la no tendencia. La moda no murió, sino que se personalizó. Uno genera su propia moda. La decoración pegó un salto ya que la pantalla aceleró todo y se puede mirar lo que pasa en el mundo, sobre todo los jóvenes investigan esas novedades, entonces el futuro no espanta. Antes la decoración era isquémica, seriada y muy de mueble heredado", explica el arquitecto.

 

  • La vanguardia

"La casa es el hábitat sagrado. Se vuelve a disfrutar, descubrir y redefinir los espacios. Se buscan formas, materiales y diseños de control del hábitat contra los agentes nocivos del exterior. Hay una vuelta a las texturas, porque con las tecnologías todo es tan liso (pantallas, celulares, etc.) la gente quiere objetos con textura, que hagan cómoda y amable la casa. Por eso Ivy Ross, la directora de diseño de Google, tiene la cabeza puesta en transformar los objetos tecno en partes de la decoración, como los parlantes que simulan piedras o esculturas, los plasmas que mutan en obras de arte. El verde pasa a ser protagonista en la arquitectura y el interiorismo. Los techos verdes y las huertas internas son una tendencia absoluta.

Es un problema el concepto de urbanístico y sustentable, porque los argentinos somos violadores seriales de cualquier código. Los europeos no hablan de sustentabilidad porque es algo que ya está naturalizado. Nosotros lo estamos incorporando de a poco. Las generaciones más jóvenes ya lo tienen más internalizado".

 

Copiamos demasiado 

"Hay mucho talento en argentina, pero a nivel país carecemos de estrategia de Estado. Mucha gente que toma decisiones no tiene idea de diseño. También hay demasiado ego suelto, muchas veces nos cuesta trabajar codo a codo y entender que, si hacemos las cosas bien, nos va bien a todos. Hay que trabajar para tener una identidad cultural. En especial, hoy cuando vaticinan que la condicionante estética vendrá de la identidad sudamericana. En Europa hay pasado, pero en América hay paisaje. Pero nosotros no tenemos identidad. Ponemos la excusa de ser un país de inmigrantes, pero Brasil o Chile han tenido grandes mezclas y sin embargo tienen una identidad fuertísima. No les importa nada lo de afuera. Paraguay busca hacer cosas originales con sus tradiciones a través del apoyo del diseño, mientras que los argentinos seguimos con el discurso obsoleto y "proteccionista" del artesano. Es una política tan retrógrada que asusta".

 

La pandemia trae un cambio

"No creo que cambien radicalmente. Seguramente se habrán tomado nota de algunas cosas. Por ejemplo, muchos se dieron cuenta que la ventilación y la luz son importantes a la hora de elegir un hábitat. Las terrazas, los balcones y los patios se volvieron un plus inmobiliario. Las oficinas, los espacios recreativos y hasta los museos están en estado de revisión".

 

 

  • ¿Quién es Julio Oropel?

 

Terminó la escuela secundaria dos años antes que sus compañeros. Toda una definición acerca de su pasión por todo lo que se propone. Estudió matemática, física y después arquitectura. Lleva en su tonada y recuerdos a su Córdoba natal, y eligió Buenos Aires para emprender su carrera. Ganó varios premios y participó de exposiciones locales e internacionales.

Actual presidente de DArA (Decoradores Argentinos Asociados), el arquitecto con una carrera de más de 20 años, fue premiado en distintas oportunidades, entre otras por la feria Puro Diseño y Casa FOA, que en su edición 2012 le entregó la Medalla de Oro y en 2013 una mención especial.

En contrapartida con su prestigiosa y reconocida trayectoria, deja entrever una gran humildad, sencillez y humanidad. Quizás ése sea su mayor secreto. "Soy curioso y diletante. Me gustan muchas cosas a la vez. Tengo miradas diferentes. Me gusta ver todo lo que pasa. Siempre estudié mucho desde chico", comentó el arquitecto en diálogo con Infobae.

Y esa curiosidad y múltiples intereses lo llevaron a desarrollar su carrera profesional tanto en el mundo de la arquitectura, como en el interiorismo y la creación de objetos. "La arquitectura es muy amplia y te da para definir un edificio, diseñar interiores, para definir objetos y muebles. En el 2001, con tanta crisis y muchos arquitectos que se iban, empecé a diseñar objetos. Nos unimos con otros arquitectos y formamos un grupo que se llamó Dos por Cuatro. Cada uno hacía objetos y muebles. Y empezamos a ir a ferias, tratando de posicionar nuestros productos que eran muy baratos y tenían una calidad diferente". Muchos de sus objetos se inspiraron en Jean Michel Frank, responsable del interiorismo del Hotel Llao Llao, en Bariloche, y quien empleaba materiales autóctonos. Además, es docente en el posgrado de Diseño del espacio interior en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UBA.

Con un estilo contemporáneo, prioriza el uso de materiales naturales como la madera y el metal, y los complementa con colores neutros y taupe que no compitan con la materia prima pero sí generen equilibrio y otorguen identidad. Además, busca que los espacios que proyecta sean actuales, funcionales y cálidos, y que hagan convivir diferentes estilos de muebles.