La corona de Adviento, de origen alemán, es un círculo de follaje verde sobre el que se insertan cuatro velas. El círculo nos recuerda que Dios no tiene principio ni fin. es eterno. Las ramas verdes ( en los países fríos se escoge un árbol que no pierde sus hojas en el invierno para simbolizar que Dios no cambia). Sobre ramas se ponen cuatro velas, una por cada semana de Adviento. Las velas simbolizan la próxima venida de la celebración de la Navidad, cuando Cristo, la Luz del Mundo nació en Belén de Judea. Recordamos la larga espera de la Humanidad que, cayendo en pecado, vivía en oscuridad. el pueblo de Israel recibió de Dios la promesa y los profetas la mantenían viva en sus corazones. Nosotros por el bautismo, estamos llamados a ser profetas y anunciar el Reino de Dios. Es así que en Cristo somos luz. Se enciende una nueva vela cada domingo de Adviento y al mismo tiempo se hacen oraciones especiales. Tres son violeta (color litúrgico de Adviento) y la de la tercera semana es rosada para representar el gozo del Señor. Si no hay velas de esos colores, aún se puede hacer la corona, ya que lo más importante es el significado del fuego: la luz aumenta con la proximidad de aquel que es la Luz del Mundo. Los domingos de adviento la familia o la comunidad se reúne en torno a la corona de adviento, encienden la vela apropiada, cada domingo una más. Entonces leen las Sagradas Escrituras y alguna meditación. Se alaba al Señor con cantos. La corona se puede llevar a la iglesia para ser bendecida por el sacerdote.