El sonado caso de la chica que denunció a su propia familia para poder frenar el tormento de soportar la seguidilla de abusos, violaciones y la corrupción sexual que por 7 años sufrió a manos de su papá y su hermano, con la complicidad de su madre, quien hasta la obligó a hacerse un aborto y luego le hizo poner un DIU para que siguiera siendo violada pero sin quedar embarazada, ya es cosa juzgada.
Según fuentes judiciales, la Corte de Justicia desestimó ayer el reclamo de la defensora de los tres condenados, María Noriega, por "fallas formales y defectos de fundamentación’, según consta en la resolución firmada por los ministros Guillermo Horacio De Sanctis, Adriana Verónica García Nieto y Angel Humberto Medina Palá.
El máximo tribunal consideró que por las fallas formales y la falta de motivación, el reclamo
de la defensa nunca debió haber llegado a la Corte.
El máximo tribunal entendió que Noriega debió "explicar dónde estaba el error (del sentenciante) y demostrar técnicamente sus críticas’ para revertir el fallo, pero no lo hizo y "no se puede suplir a tientas sus falencias u obligaciones’, consta en la resolución. Es más, el máximo tribunal hasta aclaró que, por esas fallas, el recurso ni siquiera debió llegar a la Corte, dijeron fuentes judiciales.
Así, quedó firme la sentencia de la jueza Silvia Peña Sansó de Ruiz (Sala I, Cámara Penal). El 19 de marzo pasado, la jueza condenó al padre de la chica a 22 años de cárcel, a 20 a su hijo de 22 años (ambos por violar y corromper a la niña). Y a 12 años de cárcel a su madre de 43 años, por amparar a los varones y facilitar la corrupción sexual de la menor.
PESADILLA EN CASA
En enero de 2017 la niña denunció que el primero en abusar de ella fue su papá. Dijo que cuando tenía 9 años comenzó a manosearla y, luego, a someterla a otras prácticas que no llegaron a la violación. En cambio su hermano si la violó cuando tenía 12 años y un par de años después su papá también comenzó a ultrajarla de ese modo.
Lo más grave fue que cuando la chica buscó ayuda en su mamá, no la encontró y la mujer prefirió proteger a los varones de la casa. Tal fue la complicidad de la ahora condenada, que cuando la niña tuvo 15 años y le dijo que estaba embarazada de su hermano ella misma se encargó de intentar el aborto con remedios caseros y, al no conseguirlo, la llevó a alguien para que se lo hiciera.
Después demostró su complicidad de una manera aún más lamentable, pues la llevó a ponerse un dispositivo intrauterino para que su marido y su hijo siguieran violándola sin que quedara otra vez embarazada.
La pesadilla que sufrió la menor se extendió hasta octubre de 2016, cuando le contó todo a su novio y este joven le recomendó denunciar. Así lo hizo para buscar Justicia y lo consiguió.