Nació para brindar contención y tratamiento gratis a personas con adicción, pero la crisis comenzó a afectar la atención. Se trata de la Comunidad Fuego, dependiente de la Pastoral de Adicciones, que por cuestiones económicas tuvo que dejar de prestar el servicio de internación. Por ahora, continúa ofreciendo un tratamiento ambulatorio con menos tiempo de terapia para los pacientes, lo que dificulta el éxito del tratamiento. En este marco, comenzó una campaña para recaudar fondos con miras a revertir la situación.

Hasta el 2020 la Comunidad Fuego alquiló una casa perteneciente a las Hermanas Vicentinas, en Santa Lucía, para brindar tratamiento ambulatorio a personas con problemas de adicción, y también el servicio de internación las 24 horas para los casos más complicados. Pero por la crisis se vio imposibilitada de seguir pagando el alquiler. Emigró a Caucete, donde le prestaron una casa para que siguiera funcionando de manera gratuita. Sin embargo el préstamo del inmueble terminó y comenzaron los problemas para la prestación de servicios.

‘La Comunidad Fuego, que ahora funciona en la casa de atrás de la Capilla San Clemente con autorización del Obispo, sólo puede brindar tratamiento ambulatorio a las personas adictas y con muchas limitaciones por cuestiones de tiempo y espacio. Ya no podemos ofrecer internación las 24 horas, lo que pone en riesgo la recuperación de los personas más complicadas con las adicciones. Necesitan contención y atención en forma permanente, sobre todo por las noches y durante los fines de semana, y ya no se las podemos brindar’, dijo el sacerdote Rodrigo Robles, de la Pastoral de Adicciones y al frente de esta comunidad terapéutica.

El religioso agregó que el tratamiento ambulatorio es de lunes a viernes, de 17 a 21, ya que no pueden ocupar por más horas el espacio en la capilla. Por esta razón, las sesiones psicológicas y las actividades de laborterapia para los pacientes son más acotadas, lo que juega en contra de su recuperación. Robles dijo que actualmente son 20 las personas de entre 14 y 60 años que siguen el tratamiento. Y que otras 10 desertaron con estos cambios. ‘Hay chicos adictos que también están en situación de calle y que ahora no podemos contener como cuando estaban internados las 24 horas. Los asistimos con comida y abrigo, pero necesitan estar bajo control para seguir recuperándose. Algunos ya volvieron a caer en la adicción porque ni siquiera tienen en qué ocupar su tiempo de manera constructiva como cuando la comunidad funcionaba todo el día. Entonces, los pacientes trabajaban en una huerta y en la crianza de gallinas como parte de la terapia. Ahora, sólo hacen pizzas como laborterapia ‘, dijo el sacerdote.

A raíz de esta situación, y ante la necesidad de contar con una sede propia donde poder recuperar la posibilidad de prestar el servicio de internación, la Comunidad Fuego comenzó con una campaña para recaudar fondos. La misma incluye la realización de ferias americanas, venta de locro para fechas patrias y venta de pizzas. ‘Nuestro objetivo es poder llegar a comprar o edificar una casa. Sabemos que es muy costoso, pero no perdemos la esperanza de que alguien nos done un terreno para poder concretar este sueño y seguir rescatando personas de los peligros de las drogas’, dijo Robles.

 

>> Vías de contacto
Para información sobre la admisión en la Comunidad Fuego para recibir tratamiento contra las adicciones o colaborar, comunicarse al 2644111975 o por Facebook en ‘Comunidad FU.E.GO San Juan’.