Mientras los infectados por el coronavirus ya superaban los 630.000 y la cantidad de muertos se acercaba a 30.000, el mundo es testigo de una polémica entre los gobiernos que desafían la pandemia manteniendo un nivel de actividades alto y los que, aún sabiendo las dificultades de paralizar sus economías, pretenden evitar un alto nivel de contagios mediante la cuarentena obligatoria.

De la discusión tomó parte hasta el papa Francisco, quien en una carta manuscrita que envió a un juez porteño elogió a los gobiernos que toman medidas "para defender a la población", advirtió por un posible "genocidio virósico" si se prioriza la economía sobre la gente y lamentó las consecuencias que se ven de la crisis, como el hambre, la violencia y la aparición de usureros.

El debate por momentos sordo entre estas dos posturas sigue creciendo en Estados Unidos, que hasta ayer contabilizaba 2.191 fallecimientos, más de un cuarto en Nueva York, mientras los contagios se multiplicaron poniendo al país al tope de la lista de las naciones más afectadas con 125.313, según los últimos datos de la Universidad Johns Hopkins. Este sábado, Donald Trump descartó la necesidad de dictar una cuarentena en los estados de Nueva York, Nueva Jersey y partes de Connecticut, horas después de afirmar que estaba analizando esa posibilidad. Las críticas a Trump volvieron a repetirse ayer, esta vez en la voz de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. La líder demócrata centró sus dardos en la supuesta respuesta lenta y descoordinada ante el coronavirus y acusó a Trump de ignorar el alcance de la pandemia.

En tanto, en Italia el gobierno estimó que las cifras de víctimas y nuevos contagios empezarán a bajar en un plazo "máximo" de 10 días, después de registrar ayer 756 nuevos fallecimientos, unos 150 menos que el promedio exhibido en las estadísticas del viernes y el sábado.

Los datos corresponden a una baja de casi 15% en los fallecimientos, aunque hay un aumento de cerca de 200 nuevos contagios, considerando los 3.651 informados ayer.

Las muertes ocurridas en las últimas 24 horas siguen golpeando a España, que anunció 838 nuevos decesos y 6.549 casos recientes, lo que lleva a 78.797 la cantidad de infectados.

El primer ministro británico, Boris Johnson, publicó por su parte una carta pública en la que alertó que la crisis del coronavirus en el Reino Unido "empeorará antes de empezar a mejorar" y dejó abierta la puerta para endurecer las medidas de aislamiento social anunciadas las semana pasada. "No dudaremos en ir más lejos (confinamiento) si así lo indica la postura médica y científica; sabemos que las cosas empeorarán antes de empezar a mejorar", alertó Johnson, quien se encuentra aislado en la residencia oficial.

Dos países del Cono Sur, Bolivia y Uruguay, tuvieron en las últimas horas su primera muerte a causa del Covid-19, y en Chile se reportó la séptima, mientras Brasil sigue mostrando un crecimiento exponencial de casos con cuatro nuevos muertos y el presidente Jair Bolsonaro de nuevo envuelto en una polémica pública por su preferencia por mantener la actividad económica en funcionamiento a pesar de que el país ya sufrió 118 decesos y superó los 4.000 infectados, según el portal Worldometers.info.

En un nuevo gesto contrario a la cuarentena, Bolsonaro ocupó la mañana del domingo en hacer un recorrido por Brasilia para interactuar con los ciudadanos, luego de que el ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, defendiera la distancia social para evitar un colapso del sistema de salud. En las conversaciones que mantuvo con la gente, el mandatario alegó que solo los ancianos y los enfermos debieran recluirse.

El mandatario publicó en redes sociales videos de su paseo por las calles, interactuando y sacándose fotos con los vecinos de las localidades de Ceilandia y Taguatinga, ambas en el distrito federal.