Nació y se crió en Mendoza con una temprana formación en la danza folklórica tradicional, pero por la herencia materna, la esencia flamenca de su sangre fue marcando su destino. Así Jasiel Nahín, se involucró de lleno a los 18 años, cuando llegó a Andalucía y encaró carrera artística. Hoy, convertido en bailaor profesional y de renombre internacional, regresó a tierras cuyanas junto a su pareja, Rocío Montoya a ofrecer el ‘Tablao Flamenco’, (invitados por el Instituto Cádiz de Cuky Maestro, en el marco de su ciclo 2022), para el viernes 18 y sábado 19 de febrero en la Sala Auditorium del Teatro del Bicentenario. En una pausa de su cargada agenda de clases magistrales que brindan a alumnos sanjuaninos, los jóvenes conversaron con DIARIO DE CUYO, sobre los lazos fuertes que los unen al flamenco.
– ¿Con qué impronta vienen encontrarse con el público sanjuanino?
– JN:en principio, el aspecto más importante que podemos dar, desde una perspectiva global, es volver con un reencuentro de aquellas cosas que habían quedado caídas por la pandemia y estamos recuperando esa energía y fuerza que, el virus nos había quitado, las ilusiones, las ganas de emprender y de hacer. Transmitiremos mucha energía, pasión e ilusión a la gente, porque la cultura flamenca está muy metida en el pueblo sanjuanino.
‘Ningún show de tablao es idéntico al anterior y ni lo será en el siguiente. Cada entrega es única e irrepetible. La improvisación juega un papel importante’, Rocío Montoya.
– ¿Cómo les afectó estar fuera de los escenarios tanto tiempo?
– RM:Esta tragedia mundial se vivió de forma parecida con la mayoría de los artistas. En nuestro caso, aprovechamos para reposar primero, que veníamos de una larga gira por Estados Unidos. Teníamos mucho tiempo lejos de casa y en cierta forma, nos conectamos con la familia, aunque a la distancia, pero fue un tiempo que nos sirvió para re-conectarnos con nosotros mismos también, para inspirarnos en nuevas ideas. No ha sido del todo negativo para nosotros, pero sí lo fue desde lo artístico porque estuvimos mucho tiempo parados, sin poder expresarnos mediante el baile, sin escuchar los aplausos del público. Pero ahora volvemos con más fuerza que nunca y recogimos ganas para seguir haciendo lo que nos gusta.
– ¿Cómo construyen el clima de intimidad y de inmersión en silencios, en poses, gestos y sonidos?
– RM:Ningún show de tablao es idéntico al anterior y ni lo será en el siguiente. Cada entrega es única e irrepetible. La improvisación juega un papel importante. Lo transmitimos por el baile, es verdad que hay silencios ensayados, pero a quien le guste y a quien no le guste el flamenco, la música le llegará igual y puede crear un momento de gran inspiración.
– JN:Desde que se declaró el flamenco como patrimonio inmaterial de la humanidad, ya había mucha difusión del flamenco en el mundo gracias a Camarón de la Isla y a Paco de Lucía, que fueron los primeros en hacer giras, hicieron que el flamenco gire más allá de las costumbres y de las migraciones. Sea en Japón o en cualquier país, se escucha un ‘olé’. Es una danza que expresa un sentimiento tan puro que no resulta difícil contar lo que nos pasa con el cuerpo. No se esquiva de cosas tan naturales como el amor, la soledad, la tristeza. Son entendibles en todo el mundo. Por eso no se necesita explicar lo que sucede en el escenario. La gente absorbe mucho el fuego de la pasión. El flamenco lo tiene todo, es un lenguaje tan universal, con tanta carga emocional, que no hace falta decirlo.
‘El flamenco lo tiene todo, es un lenguaje tan universal, con tanta carga emocional, que no hace falta decirlo’, Jasiel Nahín.
– ¿Por qué en Cuyo hay una ligazón tan fuerte con este ritmo, sobre todo en generaciones jóvenes?
– JN:Es la razón que me motivó hacer una investigación personal del tema. Me crié en el malambo, en el fútbol, en la música cuyana pero cuando llegué a España, hay una gran similitud con las cosas del flamenco. Gracias a que el mundo se volvió tan globalizado, cualquiera que vea cómo se baila y le guste, lo siente y se pone hacerlo. Años atrás había polémica por si un hombre o una mujer bailaban flamenco que es cosa de españoles. Hoy la juventud va por otra dirección.
– ¿Qué fue lo que impulsó radicarte a España y cómo se conocieron?
– JN: Hacía todos los ritmos de folklore, pero en casa también había rectitud y había que estudiar. Emprendí la carrera de abogacía, aunque la danza la tenía tan metida en mí, que les dije a mis padres, dejo los estudios y ellos apoyaron mi sueño. Fue irme a todo o nada, porque si fracasaba tenía que volver. Estudié en Madrid, Sevilla, Almería, hasta llegar a Granada que ya es mi segundo hogar. Ahí encontré a Rocío e hicimos una gira juntos por China como pareja de baile, fue tan buena la complementación que hicimos que con el tiempo, llegamos a querernos pero con el tiempo, nos llevó a…
– ¿A algo inevitable?
– RM:(se reía con picardía) La verdad que éramos los únicos que hablábamos en español en una compañía irlandesa. Había que representar un número que se llamaba danza y pasión. No solo bailar, había que interpretar a una pareja enamorada que se encontraba y que se desencontraba. En ese amor y odio de los personajes, nos llevaba a un contacto físico y bueno era imposible no sentirse.
– JN:No estaba acostumbrado a bailar en pareja. Pero había que estar tan juntos, de abrazarse y tocarse, era muy difícil para mí. Me daba cosa. Ella que llevaba muchos años en esto, me decía, ‘¡Me tenés que dar un beso ahora! Acercáte, dame ahora’, y yo gaucho congelado no podía ni acercarme. Fue terrible, pero ese primer contacto vino y después terminamos así (terminó riéndose de la anécdota).
DATO
Tablao Flamenco. Con Rocío Montoya y Jasiel Nahín. Eugenio Romero, Leo Landa, Diego Lorenzo y Mauro Bianchinelli en musicalización. Viernes 18 y Sábado 19 (22hs.) entradas agotadas. Función de las 20hs del sábado, entradas disponibles a $700. www.tuentrada.com
