
A partir del atentado a la vicepresidente, ocupa la atención de los argentinos el debate sobre el protagonismo de la "derecha", de quien se sospecha autora intelectual del hecho. Su rol en la Argentina vuelve a escena, en orden a establecer la categoría de quienes son los "buenos" y los "malos" en nuestra historia. Término descalificativo como "gorila", o "facho", se asocia a "derecha", en modo acusatorio, para estigmatizar a quien piensa distinto. Días atrás, en un canal oficialista, se satirizaba sobre "cómo detectar un facho", como si el partido gobernante no fuese esencialmente de derecha, opción absolutamente válida por otra parte.
DOS TIPOS DE DERECHA
Los historiadores y politólogos, en general, entienden que coexistieron dos tipos de derecha. Por un lado, la que responde a una tendencia liberal y conservadora, más pro mercado y globalizante en lo económico y, por otro, a una nacionalista y reaccionaria, más corporativa y estatista. Añado que los libertarios actuales serían como una radicalización de la primera.
Ambos polos de expresión derechista tuvieron un origen poco menos que confesional, procurando la devoción de las masas, cada una a su tiempo. Tuvieron un ideario común, que tuvo como eje abroquelarse contra el avance de la izquierda, que trató de importarse en los años 60 desde la revolución rusa, marxista-leninista, luego de la cubana, más tarde del socialismo "a la chilena" de Salvador Allende, y actualmente de las experiencias de Venezuela y Nicaragua.
Aquellos historiadores y politólogos observan que el actual oficialismo en la Argentina tiene tendencia a reivindicar esa ala de izquierda, que supo cómo mezclarse en ese movimiento tan heterogéneo. Tan dispar, como que hablan indistintamente de un "Juan Domingo Biden" por un lado, o un "si Mao viviera sería peronista", por otro. En un momento preciso de la historia, con Perón en el exilio, el peronismo fue infiltrado por la izquierda. John Williams Cooke, su delegado, intentó infructuosamente que Perón se exiliara en Cuba y entrara en contacto con el castrismo.
Ya de regreso a la Argentina, al líder se le hizo evidente esa contaminación izquierdosa en su movimiento, cuando vio caer bajo el peso de la metralla a su aliado, de la CGT, José Ignacio Rucci, cuya autoría se adjudicó Montoneros.
Perón desplazó a Cámpora del gobierno, a quien acusó de haberse dejado llevar por esa tendencia. Luego tomó partido por lo que fue siempre, un hombre de derecha, en la famosa plaza del 1 de mayo de 1974, cuando criticó a esos "imberbes que gritan". Resultado fue que estos pasaron a la clandestinidad y desde allí prometieron continuar con la "lucha armada". El derramamiento de sangre sobreviniente escribió la historia más negra.
HERIDAS ABIERTAS
Soy consciente de que estoy tocando un tema delicado, que aún está sujeto a debate porque las heridas, lamentablemente, permanecen abiertas. Sólo pretendo remarcar el hecho inocultable, históricamente, que la tan despreciada "derecha" estuvo siempre presente en el peronismo, así como en toda la realidad argentina, desde sus orígenes como nación.
La derecha, así como fue protagonista del desarrollo nacional del siglo XIX y principios del XX, fue también actora del primer golpe cívico militar, que derribó a Hipólito Yrigoyen en la revolución de 1930. Se desplazó así el primer político surgido del voto popular, y se entronizó el ala "dura" del nacionalismo reaccionario, que representó José Félix Uriburu, primero, y a su muerte en 1932, Juan B. Justo, dando inicio a la "Década Infame".
El golpe de 1943 fue el germen del movimiento creado por Perón, encaramado al poder en 1946. De origen nacional, católico y profundamente popular.
Otro movimiento de derecha, militar y hondamente antiperonista, lo desplazó en 1955, con los vaivenes que todos conocemos desde ahí en adelante. Siendo de señalar el experimento peronista de Carlos Menem, como cabeza, otra vez, de la antigua ala derecha liberal, que tornó el "neoliberalismo", que mencionamos y se enseñoreó sobre todo en el siglo XIX. Como se ve, aunque sometido al debate de ideas que soy consciente puede despertar este artículo, estigmatizar la derecha es como "escupir para arriba".
En nuestro país, la derecha fue, para bien o para mal, protagonista principal de su historia. Siendo que, en mi opinión, la única dicotomía que debería dividir aguas es distinguir entre buenos y malos gobiernos. Y esta categoría está fuera de la consideración si fueron de derecha o izquierda.
La generación del 80
La línea liberal-conservadora, una vez terminadas las luchas internas que remataron en la batalla de Caseros, fue la que modeló la nación argentina en los años iniciáticos de la Constitución Nacional. Encarnadas en la filosofía de Alberdi, de Sarmiento, Avellaneda y Mitre. La deriva hacia el ala nacionalista y reaccionaria, con un neto corte verticalista y autoritario, se significó en Julio Argentino Roca. Con aciertos y errores, pero sobre todo respaldado en la enorme fuerza de trabajo que llegó con los movimientos inmigratorios, y en la enjundiosa tarea de "educar al soberano" emprendida por Sarmiento. La "generación del 80" fue la que llevó a la Argentina a ser octava potencia mundial, hacia 1930.
Por Orlando Navarro
Periodista
