Las cámaras de la vía pública y de los comercios habían captado al motociclista que había abusado de una niña de 10 años el 31 de mayo en Monteros, pero la imagen no tenía la suficiente nitidez como para reconocer su cara. Sin embargo, un detalle que recordó la pequeña destrabó la investigación y así se logró la captura del presunto culpable; la clave estuvo en su devoción a San la Muerte. En su casa, además, encontraron una bolsa con prendas íntimas femeninas.

 

La causa ya había tenido a un hombre detenido, al que la víctima no había reconocido, y que quedó libre. Desde ese momento, hubo que empezar de cero. “Una de las filmaciones tomó el momento en que la cruzó a la nena. Es como si la estuviera esperando. Ella pasa por la vereda, él por la calle. Él andaba desde las 18 dando vueltas cerca de la escuela. No sabemos si la buscaba a ella o andaba a la caza. Después de cruzarla, acelera y la espera en una esquina. Esto ya no se pudo ver, pero teníamos su vestimenta, su físico y su moto”, explicó el fiscal Jorge Carrasco. Sin embargo, la nitidez de las cámaras no era la mejor para conocer su rostro ni el dominio de la moto.

 

Sin maneras de avanzar por ese lado, y con la presión de toda una localidad que exigía respuestas, la fiscalía le pidió al municipio que le remitiera la base de datos de las personas con licencia de conducir de motos. La respuesta se materializó en 40.000 fichas. “Fue un trabajo titánico al que se dedicó todo el personal de la físcalía, que trabajó de la mejor manera. Al pulir la lista, quedaron algunos sospechosos que se parecían a él”. Mientras tanto, la división Delitos Contra las Personas buscaba indicios. Entre los sospechosos estaba el detenido. Al ver su perfil en Facebook, un detalle lo puso en lo más alto de la lista.

 

“Es adorador de San la Muerte (culto pagano que se venera a través de la imagen de un esqueleto con una guadaña). Incluso, cuando le allanamos la casa, descubrimos que tenía un santuario”, contó Carrasco.

 

En uno de sus relatos, la pequeña había contado que había visto que su atacante tenía de fondo de pantalla en su teléfono una calavera. También se verificó que el hombre tenía una moto similar a la del video. Según se supo, se lo conoce como “Benyi”, y tiene 31 años.

 

“La niña no lo había reconocido al ver su foto de perfil, pero comprobamos que estaba retocada. En vivo era más… rústico. Se le secuestró la moto un celular con el fondo de San la Muerte y una bolsa con prendas íntimas femeninas, por lo que se investigará si participó de otros delitos similares. Además, existen otros indicios en su contra. Creo que tiene un perfil de abusador sexual y me inquietaba que volviera a atacar”, confesó el fiscal.

 

Fuente: La Gaceta