Ahora que se cancelaron las colonias de vacaciones que organiza el Estado y algunos talleres municipales por el rebrote de covid, pero además que hace tanto calor, hay que rebuscárselas para que los chicos no se aburran y tengan propuestas diferentes para hacer a lo largo del día. La entretención de la mano de la recreóloga María Belén Moreno, está asegurada. Ella sugiere un listado de juegos para hacer en familia que incluyen desde la típica búsqueda del tesoro por diferentes rincones de la casa, hasta la chaya con agua de colores, e inclusive actividades un tanto más intelectuales pero no por eso menos entretenidas como competencias de rimas, adivinanzas, poesías, trabalenguas, lectura de cuentos inventados, leyendas y chistes, hacer teatro y hasta cantar con un karaoke. Por supuesto que no quedan fuera la cocina y las actividades manuales, entre otras alternativas.

La idea de esta profesional local es despertar en las mamás, papás, abuelos, tíos y primos, la iniciativa por buscar opciones para los más chicos de la familia.

Lo que sigue son algunas ideas para poner en práctica.

 

  • Origami

Esta es una de las manualidades más populares, y por supuesto todo un desafío para los pequeños y grandes que quieran sumarse. La papiroflexia -otro modo de llamar al origami- es el arte de plegar papel, sin usar tijeras ni pegamento, y así obtener figuras de formas variadas, desde un avioncito o un barquito de papel (seguramente la silueta más conocida) hasta complejas imágenes.

Es una actividad muy entretenida, que ayuda a potenciar la paciencia y la perseverancia, ser detallista, estimula la creatividad y, fundamentalmente, promueve las destrezas manuales. Otro detalle a tener en cuenta es que tan sólo con hojas de papel -a lo mejor se puede variar los tamaños, texturas y colores- son suficientes para crear los diferentes modelos de plegados.

Aunque los orígenes de esta técnica son de la antigua China, el origami actual es un poco más contemporáneo: se remite a la década del "70, cuando artistas y maestros de este arte, como el japonés Akira Yoshisawa, comenzaron a preocuparse por renovar las técnicas empleadas y por el estudio de las figuras y de sus proporciones en general, para multiplicarlo y hacerlo más popular.

En Internet hay varias páginas para aprender este tipo de arte con tutoriales explicativos. Origami + y Manualidades Play.com son las más recomendadas.

  • Jugar al laboratorio

Tan solo la propuesta de convertirse en científico, es atractiva en sí misma. Los chicos tienen una herramienta clave para eso: la curiosidad innata y las ganas de saber siempre más. Claro que todo esto puede potenciarse con un improvisado laboratorio en casa, mínimamente equipado para poder hacer algunos experimentos. A veces no hace falta tener ni un microscopio ni tecnología especializada, sino con un par de lupas, con algunos frascos, unas pinzas de depilar, algunas tintas y un par de elementos más, ya se podrá empezar a trabajar al mejor estilo Einstein.

Un consejo: siempre debe haber supervisión adulta para evitar dolores de cabeza.

Hay cientos de experimentos. Algunos más divertidos que otros, y más atractivos según la edad del protagonista. Por ejemplo, para descubrir cómo se puede pintar a partir de la tinta de un repollo morado e ir variando las tonalidades. Se necesitan hojas de repollo morado, un poco de vinagre o jugo de limón, bicarbonato de sodio, agua, cucharitas y vasos. Hay que romper las hojas de repollo colorado y ponerlas en un recipiente, volcar con mucho cuidado agua bien caliente y rápidamente el agua comenzará a teñirse de color violeta con los pigmentos de la hoja. Esos pigmentos se llaman antocianinas y tienen una particularidad: cambian de color dependiendo de la acidez del medio. Entonces, si están en un medio ácido, se ponen de color fucsia brillante; y si están en un medio básico, se ponen de color verde o azul. Por eso, para hacer agua de diferentes colores, se le puede agregar unas gotitas de vinagre o jugo de limón (para lograr fucsia brillante) o con una cucharadita de bicarbonato se va a poner azul verdoso. También se puede probar con gaseosa o jabón blanco disuelto.

Otro experimento super divertido es hacer el slime o esa masa chiclosa que permite jugar con las manos. Se necesita: jabón líquido, pegamento transparente de silicona, purpurina, colorante (opcional), agua caliente y una cuchara para mezclar. Para empezar hay que verter en un recipiente entre 75 y 100 ml de pegamento líquido de silicona; añadir un poco de purpurina o colorante y mezclar bien. Para que no quede tan sólido, agregar a la mezcla de pegamento y purpurina un poco de agua (la mitad de medio vaso). Luego toda esa preparación hay que incorporarla en otro recipiente con 100 ml de jabón líquido (sirve el jabón de manos y no se recomienda utilizar jabón de lavar la ropa porque puede irritar la piel y los ojos). Al mezclar todo, la masa se hará más pastosa y tomará forma pegajosa.

Para encontrar más propuesta habrá que navegar en Internet, donde hay un mundo de opciones.

Para todos los gustos

Belén Moreno propone hacer talleres de cocina (preparar recetas dulces o saladas sencillas, a base de frutas y verduras de estación, evitando prender el horno), de yoga, de arte libre, de huerta y de reciclado de diferentes materiales.

Apelando a juegos tradicionales sugiere la Búsqueda del Tesoro en diferentes rincones de la casa o inclusive del barrio, dejando mensajes ocultos de buena onda para todos los integrantes de la familia o escribiendo los mensajes en claves para descubrir. También juegos con almohadas, re-decoración de la vivienda, el armado del propio árbol genealógico, hacer una casita con sábanas, juegos de mesa, concursos de cosquillas, armar una sala de cine, acampar en el fondo de la casa, jugar al Veo-Veo, sacarse fotos o selfies divertidas y hacer una exposición, hacer guerra de canciones infantiles con lo que cantaban los papás y abuelos, jugar al "Frío o Caliente" para descubrir personajes u objetos mediante pistas, salir a explorar los alrededores de la casa, la plaza del barrio o el patio para descubrir las especies animales y vegetales que habitan cada espacio, entre otros.

Otra de las iniciativas es hacer títeres con diferentes materiales que hay en casa: una media que perdió su par, un guante, con papel, con papel maché, con botellas plásticas para que sean los personajes de cuentos ya escritos o inventados. Quienes ya hayan experimentado con títeres y se sientan que pueden avanzar en el rubro, pueden animarse a hacer marionetas utilizando no sólo un muñeco sino además hilo y maderitas para hacer mover a ese protagonista.

Para que no se trabe la lengua

A casi todos los chicos les gustan los trabalenguas. Son divertidos y un excelente ejercicio para entrenar la pronunciación y vocalización de los pequeños. La idea es leerlos muchas veces hasta aprenderlos de memoria, y así la carrera comienza hasta ver quien tiene mayor rapidez para decirlos sin equivocarse y quien no. Este juego, además, mejora el vocabulario y fomenta la memoria.

Estos breves textos se caracterizan por repetir sílabas o términos con la misma terminación silábica, de manera que resultan difíciles de pronunciar. Una linda excusa para aprender y pasar un rato diferente en familia.

Trabalenguas para enseñarles a los más pequeños de casa

* Tres tristes tigres, tragaban trigo en un trigal, en tres tristes trastos, tragaban trigo tres tristes tigres.

* El rey de Constantinopla se quiere descontantinopolizar, el que lo descontantinopolice
buen descontantinopolizador será.

* Cuando cuentes cuentos, cuenta cuantos cuentos cuentas, porque si no cuentas cuantos cuentos cuentas nunca sabrás cuantos cuentos cuentas.

* Me han dicho un dicho, que dicen que he dicho yo. Ese dicho está mal dicho, pues si yo lo hubiera dicho estaría mejor dicho, que ese dicho que dicen que dije yo.

* Pepe Pecas pica papas con un pico, con un pico pica papas Pepe Pecas. Si Pepe Pecas pica papas con un pico, ¿dónde está el pico con que Pepe Pecas pica papas?

Para buscar más: https://www.etapainfantil.com/trabalenguas-ninos

 

Para los más ocurrentes

Si de chicos ingeniosos se trata, nada mejor que jugar con los acertijos. Estimulan el ingenio, la creatividad y son muy divertidos. Aquí algunos ejemplos para iniciar una tarde de diversión.

* Si un gallo situado encima de un tejado pone un huevo y el viento va hacia la derecha, ¿hacia dónde caerá el huevo?

Los gallos no ponen huevos

*¿Qué es lo que hace una vaca cuando sale el sol?

Sombra

* ¿Cuál es la estrella que no tiene luz?

La estrella de mar

* Un pato y un niño nacen al mismo tiempo. Al cabo de un año, ¿cuál es mayor de los dos?

El pato porque tiene año y pico

* En el aire se cruzan un helicóptero y una avioneta. ¿Cómo se llaman los pilotos?

 Por radio

* ¿Qué animal salta más alto que una casa?

Todos. Las casas no saltan

* Cuál es el animal que tiene más dientes?

El ratoncito Pérez

Para encontrar más propuestas: https://www.elbebe.com/ocio-infantil/10-acertijos-para-ninos

El personaje escondido

Todos los juegos despiertan la curiosidad de los niños, pero algunos más que otros. Entre ellos figura ¿qué personaje es?

Es fácil de desarrollar y, además de divertido, aumenta el vocabulario, estimula el pensamiento, agudiza el ingenio y la creatividad. Es muy sencillo porque sólo se necesita lápiz y papel.

¿Cómo se juega? Se escribe una lista de personajes -puede hacerlo una persona que organice el juego o entre todos-. Los personajes pueden ser ficticios o reales, vivos o muertos, de cualquier época. Cada persona escoge un papel y sin mirarlo, se lo enseña a los demás o se lo coloca en la frente.

Se pueden elegir personajes de cuento, históricos, entre otros. Incluso otro tipo de categorías como animales, plantas u objetos.

Por turnos, cada jugador debe hacer preguntas cuya respuesta sólo puede ser Sí o No para saber qué personaje le ha tocado. Gana quien primero acierte su personaje. Cuando todos los jugadores han adivinado su personaje, comienza de nuevo el juego.

A teatralizar, pero sin sonidos

El juego de Dígalo con mímica es muy fácil y divertido. Para comenzar los niños deben dividirse en dos grupos que deberán turnarse a lo largo del juego para hacer las mímicas y representaciones para que sus compañeros logren adivinar la palabra o frase que están intentado comunicar.

Los objetivos principales del juego son dos: Poder comunicar sin hablar, sólo haciendo mímicas y gestos con sus manos y cuerpos; y comprender lo que el otro compañero quiere expresar.

Sólo hace falta tener una lapicera y una hoja de papel. Allí se escribe la palabra o frase y se coloca en una caja pequeña y otro recipiente.

En los papelitos se pueden escribir: títulos de canciones o películas; animales, deportes, dibujitos animados o personas famosas; también pueden ser verbos o acciones, profesiones, entre otros.

La dificultad de las palabras o frases elegidas para el juego dependerá de la edad de los niños.

Los participantes se separan en dos equipos, se sugiere un mínimo de 3 por grupo.

Se decide cuál equipo va a empezar primero, y ellos deben elegir a una persona para que actúe en primer lugar. A este participante, se lo denomina el mimo.

El mimo saca un papelito y sin mostrárselo a sus compañeros debe intentar representar la frase o la palabra usando movimientos y expresiones de la cara y del cuerpo. Por supuesto sin hablar, ni hacer sonidos.

Cada equipo tiene 90 segundos para adivinar lo que quiere decir su compañero (su mimo).

El otro equipo observa las acciones y se prepara para su turno, pero no puede decir nada, hasta que termina el tiempo.

Si alguien del equipo del mimo adivina de forma correcta entonces tu equipo recibe 1 punto. Si no adivina, el otro equipo puede intentar adivinar para gana 1 punto.

El segundo equipo elige a una persona para empezar y se repiten los pasos.

Los equipos se alternan hasta que todos los miembros de ambos hayan sido mimo.

Gana el equipo que más punto sume.