El matrimonio es ser "cónyuges”, o sea, es llevar adelante el proyecto de vida común al que se han comprometido.

 

En este nuevo artículo referido al amor en el matrimonio, tema contenido en el documento "Amoris Laetitia” del papa Francisco, avanzaremos con algunas reflexiones sobre el amor conyugal.

La palabra "cónyuge” hace referencia al "yugo”, un elemento que se colocaba sobre el cuello de una pareja de bueyes para mantenerlos unidos en sus movimientos. Es una figura de lo que se entiende debe ser la vida en pareja, un camino en el que ambos esposos deben cooperar de manera conjunta en la misma dirección.

Escribe el Papa Francisco: "El matrimonio es en primer lugar una íntima comunidad conyugal de vida y amor” (AL,80). El matrimonio es ser "cónyuges”, o sea, es llevar adelante el proyecto de vida común al que se han comprometido. "No podemos prometernos tener los mismos sentimientos durante toda la vida. En cambio, sí podemos tener un proyecto común estable, comprometernos a amarnos y a vivir unidos hasta que la muerte nos separe” (AL,163).

Para graficar la conyugalidad práctica en la vida matrimonial, es útil el ejemplo de los bueyes, como aquí se ilustra. 

Los bueyes tenían hambre y querían comer de manera inmediata. Cada uno quiso hacerlo independientemente del otro. Se dieron cuenta que si cada uno seguía haciendo fuerza hacia su lado ninguno de los dos comerían y morirían de hambre. Decidieron hacer una pausa y negociar para llegar a un acuerdo: a que heno irían primero, si al que estaba más cerca del buey "A” o del "B”, y comer uno primero y el otro después. Pero acordar que primero comiera uno y luego el otro, no resolvía la necesidad de calmar el hambre inmediatamente. Entonces comprendieron que lo mejor para ambos era compartir el heno y comer los dos al mismo tiempo.

Si el matrimonio es llevar la responsabilidad juntos, es absolutamente necesario que se pongan uno junto al otro, mirando ambos hacia el mismo lado, hacia adelante y tirando de la carga con igual fuerza.

Muchos matrimonios fracasan porque, en lugar de proponerse llevar juntos el yugo, ambos miran la carga del otro y no la propia, de donde surgen sentimientos críticos que los enfrentan. 

"Cuando la mirada hacia el cónyuge es constantemente crítica, eso indica que no se ha asumido el matrimonio también como un proyecto de construir juntos, con paciencia, comprensión, tolerancia y generosidad” (AL,218).

 

Por Ricardo Sánchez Recio
Orientador Familiar. Lic. en Bioquímica. Profesor.