Nacido el 13 de noviembre de 1941 en San Juan, siendo muy joven partió a Buenos Aires donde se instaló para abocarse al diseño gráfico. Formó su familia y abrazó con pasión la fotografía. Hoy, convertido en uno de los principales referentes en la disciplina, Oscar Pintor es protagonista de la retrospectiva Vuelta a las fuentes, con más de 70 imágenes exhibidas en la Fototeca Latinoamericana (Fola), que tiene su sede en el barrio porteño de Palermo, y con la curaduría de Ataúlfo Pérez Aznar. Ahora, la galería que estará abierta hasta marzo de 2021 es una pequeña muestra de su vasta creación, que retrata el horizonte urbano y rural con una mirada intimista y un tratamiento muy especial de la luz, a través del blanco y negro.
"Todo surgió porque Fola me invitó, es un lugar muy cálido para mí, tengo una excelente relación con su director y le propuse una muestra de ambos, hacer un doblete digamos", expresó en diálogo con DIARIO DE CUYO, Oscar, que tenía previsto presentar en el Museo Franklin Rawson el flamante documental Memoria Fotográfica, que recorre gran parte de su obra, filmado por su hijo Pablo, pero se suspendió en el marco de la pandemia.
Tras culminar el secundario en la Escuela Industrial y cursar estudios en la Facultad de Arquitectura, cuando era un muchacho decidió tomar nuevos rumbos y se estableció en la gran capital. "Tenía mucho interés en trabajar en publicidad y diseño gráfico, quería aprender y entrar en el ambiente, tenía una base universitaria al hacer 3 años de Arquitectura. A la semana de instalarme entré en una agencia y seguí con la fotografía un poco lateralmente, de manera utilitaria, hasta que tomó un interés especial y artístico. La fotografía fue una de las mis más importantes vocaciones y expresiones, artísticamente y en todos los sentidos", confesó el artista que hizo sus primeros pasos con una cámara 35 milímetros que le regaló su padre y que se valió de la experiencia de reconocidas fotogalerías que visitó en Londres, París, Roma y Barcelona.
"Tuve la suerte de poder viajar. En los viajes me conecté con fotógrafos de allá y de acá que estaban radicados allí, y pude visitar galerías y museos, lo que me enriqueció bastante", comentó el hacedor que inauguró su primera exposición individual en Buenos Aires, en 1979. En la actualidad, algunas de sus obras ya son parte del acervo del Museo de Bellas Artes Franklin Rawson en su provincia natal, el Museo de Bellas Artes de Buenos Aires, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, la Fundación Antorchas (Buenos Aires), el Museo Provincial de Huelva (España), el Gabinete de Fotografía de la Biblioteca Nacional de París (Francia), el Museo de Fotografía de Odense (Dinamarca), el Museo de Bellas Artes de Houston (Texas, EEUU), el Museo de Bellas Artes de Portland (Oregon, EEUU), galerías y coleccionistas privados de Argentina, Brasil, EEUU y Europa.
¿Por qué blanco y negro? "Debido a los tiempos que tardaba el revelado, siempre me gustó encargarme de todo el proceso de copiado", apuntó el creador que se caracteriza por retratar espacios despojados de rostros y figuras humanas, una temática sencilla y el placer de capturar los distintos paisajes, atrapado por esa técnica por completo. "Me gusta la sensación de misterio de ese estilo de fotografías y su gran subjetividad", dice.
Su crecimiento como artista siguió hasta convertirlo en 1984 en asesor de Fotografía del Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, y hasta fundar junto a 12 fotógrafos el Núcleo de Autores Fotográficos. Además creó y dirigió hasta 1987 Fotoespacio, la galería fotográfica permanente del Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires (hoy Centro Cultural Recoleta); y en 2014 publicó un libro antológico con textos de Marcos Zimmermann, Miguel Grattier y Luis Príamo, también traducidos al inglés.
"No hago análisis ni tengo un preconcepto de lo que voy a hacer. Mi fotografía es muy visceral, para mí la fotografía es la realidad enmarcada. Yo la rescato con mi máquina y la vuelco al papel. Mi objetivo es que sea algo más que una imagen, que interpele al que la está mirando, que lo haga pensar en más de una realidad. Yo no soy un tipo melancólico pero me atraen siempre los lugares abandonados que han tenido algún vestigio de vida o no, todo está nutrido de mi infancia y lo que anduve", mencionó sobre su poética Pintor, también padre de Valeria, que se hizo cargo de la agencia que fundó durante su carrera; y de los mellizos Pablo y Julián.
"En blanco y negro se consiguen más cosas artísticamente", resumió su pasión el autor, quien sitúa a su tierra natal como uno de sus "lugares", que obviamente "en Fola también está representado", tal como señalo Oscar, quien en San Juan tiene a su hermana Norma, a sus primos, sobrinos y tíos; razón por la que siempre regresa a sus pagos, aunque el brote de coronavirus lo mantiene alejado de sus raíces, por ahora.
Homenaje de un heredero de su pasión
"Estuvimos a punto de hacer todo en San Juan, en abril pasado, pero con toda la crisis sanitaria se suspendió", señaló a DIARIO DE CUYO el joven a quien Oscar invitó a compartir sala, por primera vez en Fola, para exponer 28 imágenes en color, encuadradas en el proyecto Transeúntes; y estrenar también el largometraje Memoria Fotográfica.
"La pasión por la fotografía estuvo siempre pero no me animaba, sí me animé a la cámara de video. Pero soy un bicho raro, saco fotos cuando filmo y pienso en cine cuando saco fotos. Hace 3 años empecé a sacar fotos tomando cada vez más seguridad, creo que a la imagen mi viejo me la fue trasladando desde chico, yo lo acompañaba cuando hacía sus salidas y mi película es un homenaje", expresó en alusión al film. "Es una producción que cierra una etapa que arrancó en 2016 cuando Oscar montó una serie inédita. Yo filmé un cortometraje con los sitios en los que él capturó sus fotos más importantes, el material ganó un subsidio del Instituto Nacional del Cine y fue el puntapié para este largometraje", agregó el realizador acerca del documental rodado en varios parajes locales, que puede ver de manera virtual en las plataformas de Comunidad Cinéfila.
Por su parte, el director del Museo de Bellas Artes Franklin Rawson, Emanuel Díaz Ruiz, señaló que el complejo exhibe tres motivos de autoría de Oscar, donados por él, de la serie San Juan 1985; y que, este año, tenían la propuesta de presentar la película, una iniciativa que de momento está en pausa.