Así, no… Es una condena a muerte para el fútbol sanjuanino al que todos dicen querer y proteger. Otra vez, el desafío de jugar con dos hinchadas un partido final, terminó en un papelón oscuro y lamentable. No hubo premiación, no hubo vuelta olímpica. El cierre terminó siendo una página inolvidablemente amarga para todos los que fueron al Bicentenario de Pocito. Los de Unión, los de Aberastain, los neutrales, los que quieren el fútbol nuestro saben que así, nunca más. Y sucedió en el mismo final del partido, cuando el árbitro Fernández marcó el cierre, la invasión desde la Popular Norte de los hinchas de Unión fue dantesca. Ya habían estado todo el partido colgados en el parapelotas y en los últimos 10" de juego, tuvieron que ser contenidos por la policía, pero cuando terminó el juego, llegó el descontrol. Fueron por todo. Por sus propios jugadores, primero. Luego, por los rivales y ahí, si la violencia tocó techo. Claudio Alcaraz, defensor de Aberastain, fue agredido por una hincha del Azul que lo golpeó ferozmente hasta hacerlo sangrar. Desde ahí, todo lo que pasó se asemejó a una película de terror. Colegas de Radio Santa Cecilia sufrieron el robo de teléfonos, un camarógrafo también. Y claro, desde la Popular Sur, los hinchas de Aberastain no se quedaron atrás. Cuando se replegó el cordón policial, ingresaron por una puerta del alambrado y fueron a buscar más violencia. Actuó rápido el operativo y consiguieron sacarlos, antes de lo que pudo ser una batalla campal y cuerpo a cuerpo en el césped del Bicentenario. Los campeones, sin vuelta, quisieron salir a festejar en la cancha, pero los gases lacrimógenos lo frustraron también.
Respeto
El periodismo siempre respeta la autoridad del árbitro pero los excesos no tienen lugar cuando no es recíproco. El cuarto árbitro, Marcelo Cruz, protagonizó un episodio triste con el fotógrafo de DIARIO DE CUYO al que no le permitió trabajar cómodo.