Corso en la avenida de Mayo en el año 1950

 

Sitúan su origen en Europa y su creación se remonta cientos de años hacia atrás. La gran coincidencia es que casi todas las historias de los carnavales son durante el mes de febrero. Una de las teorías del origen del carnaval está en las fiestas Saturnales del Imperio Romano. Es decir, en las celebraciones que se hacían en homenaje al dios Saturno. Creían que él se la pasaba todo el invierno en la tierra y había que darle ofrendas para convencerlo de irse al inframundo y que comiencen los días cálidos y comenzar así la cosecha de verano. Por eso se hacían grandes banquetes, bailes, representaciones del dios y todo tipo de juegos. Era una fiesta de la abundancia. Los griegos en cambio celebraban a Dionisio, el famoso dios del vino, el hijo ebrio” de Zeus. Para homenajearlo también hacían fiestas con obras de teatro, procesiones que terminaban en desbandes. De esas celebraciones surge el dios Momo (hoy lo conocemos como Rey Momo). Según la historia, Momo era al mismo tiempo el dios de los escritores, poetas, y la personificación del sarcasmo, afecto a las burlas y la chicana, parte de lo que aparecía en las fiestas cuando surgía el libertinaje. Es justamente por la adoración a distintos dioses que el carnaval es conocido como una fiesta pagana. Estas festividades sean de origen griego o romano, ambos tenían una característica común, parte de sus rituales incluían grandes orgías.

El nombre "carnaval” llega cuando el cristianismo adopta estas fiestas. Carnaval viene del latín "carnem levare” (quitar la carne). Allí está el significado de la fiesta tal y como la conocemos hoy: una celebración previa a la cuaresma. Por eso, como durante cuarenta días los cristianos se dedican a recordar la estancia de Jesús en el desierto y deben para eso realizar ciertos sacrificios, los días de carnaval sirven como una preparación. Por eso se promueve todo lo que luego se prohíbe: banquetes, fiestas y excesos. Aquí también se explica en parte la existencia de disfraces y máscaras para poder conservar el anonimato a la hora de los excesos. La palabra disfraz de "freza” (huella, pista), y "dis” (quitar, suprimir), "es aquello que no deja huella”. Uno de los carnavales más famosos del mundo es el de Venecia (data del siglo XI). En él la tradición era que la nobleza se disfrazara y saliera a las calles. Había algo de liberación y algo de crítica, en el carnaval todos habitaban el mismo nivel social. Todos ocultaban sus caras, pero como muchos de los que se unían al festejo eran personas de riqueza, de allí la fama de las máscaras venecianas, a menudo labradas como verdaderas piezas de arte.

El más antiguo del mundo no se sabe a ciencia cierta cuál es, pero bien podría ser el festival de Kukeri, que se celebra en distintas ciudades de Bulgaria entre el año nuevo y la cuaresma. Algunos historiadores sostienen que podría tener más de 4 mil años de antigüedad y ser de origen Tracio (ancestros de los búlgaros).

En nuestro país los carnavales fueron mantenidos, como fiesta pública y popular, por entidades que se organizaron de acuerdo a las tradiciones que adquirieron en cada provincia. En Argentina, los vaivenes de la sociedad, de la política y económica, incidieron, en toda fiesta popular. Los carnavales, desde los mediados de 1940 y hasta 1955, conquistó el aire arrabalezco venido a menos en periodos anteriores. Sin embargo, el presidente, Juan Domingo Perón, había prohibido los feriados de carnaval por considerar que los mismos eran un atributo de la derecha para vencer a la postura partidaria del oficialismo. Pero a pesar de ello, no estaba en contra de los festejos, porque era una manera de poner en práctica la famosa frase Romana, "Panem et circenses”. No nos equivocamos los argentinos cuando nos entregamos al festejo y la euforia. Estamos, en todo caso, siendo fieles a la historia.

Por Jorge Reinoso Rivera
Periodista