No es lo mismo revisar el pasado en un libro de historia que en un archivo periodístico. Cambia el tono, el ritmo es otro. La lectura avanza con una adrenalina y un poder de sorpresa realmente disfrutables. Con una cercanía, un cuerpo a cuerpo con lo cotidiano que sólo puede otorgar la práctica de zambullirse en los registros contados en tiempo real, en el aquí y ahora de cada hecho, codeándose con el protagonista, ahogado en el humo del incendio, sudando en el calor del festejo, caminando en medio de la marcha popular, recorriendo los rincones donde las cosas suceden de verdad.

 

El diario, con sus noticias, va haciendo historia. A su vez la historia, en sus procesos, fluye asentada sobre los volcanes informativos del diario. Para que exista una noticia escrita debe existir no sólo un hecho que la genere, sino además un periodista que lo pondere, lo analice, lo ponga en contexto. Y un diario que lo avale, lo proyecte y editorialice desde un sistema de valores e intereses, de luchas y aprendizajes.

 

DIARIO DE CUYO cumple 70 años aportando noticias a la historia y ahora, para festejar, desmenuza y reescribe la historia de los últimos 70 años en San Juan a partir de esas noticias. Toma y daca. Simbiosis.

 

Para acercar esta propuesta a sus lectores, el diario encaró un proceso de trabajo arduo y extenso. Un equipo de periodistas de los más experimentados, algunos de ellos cronistas de los hechos más destacados de los últimos tiempos, se encargó del difícil buceo en el archivo. La consigna era leer uno por uno los ejemplares desde julio de 1947 hasta la actualidad, medir las noticias según su impacto y consecuencias, agruparlas, atender a los seguimientos y opiniones que despertaban.

 

La recopilación también abarcó avisos publicitarios, cartas de lectores, carteleras culturales, despliegues fotográficos. Cada pieza era importante en el armado de este rompecabezas de reconstrucción informativa.

 

El paso siguiente fue tomar todo ese material clasificado y establecer, siempre desde la mirada periodística, la identidad que definió a cada década sanjuanina desde que nació el diario. La desolación post terremoto de los ’40, el resurgimiento de la provincia en los ’50, la consolidación de la educación superior en los ’60, el terror de los ’70, la recuperación democrática de los ’80, la hecatombe económica y social de los ’90, el renacer virtuoso tras el nuevo milenio y los cambios políticos clave en la década actual.

 

La narración de esta historia, vivida desde la inmediatez de las noticias, se construyó con la premisa de conservar esa frescura, ese vértigo. De dejar ver en los textos los detalles que sólo una cobertura periodística muestra, como el detrás de escena de una reunión política, el latido urbano de una ciudad en pleno estallido social, o los carteles de precios en dólares de un almacén del interior de San Juan.

 

Al mismo tiempo, se decidió extraer del orden cronológico cinco temas transversales a la identidad de la provincia, que la definen y la llevan hacia delante década tras década. El paso de Agua Negra, la minería, la vitivinicultura, los logros deportivos y los sismos son permanentes disparadores de noticias. Inseparables de la idiosincrasia sanjuanina.

 

La forma de hacer el diario también fue cambiando en estos 70 años. Y también la forma de entender y ejercer el periodismo. Ambas cosas son reflejadas en este suplemento especial. Lo primero, con una infografía que describe la dinámica evolución que transitó desde la competencia con la radio hasta el despliegue de los lenguajes multimedia. Lo segundo, con testimonios de profesionales de este diario, que cuentan la intimidad de cómo es para un periodista la experiencia humana de cubrir una noticia a sabiendas de que está escribiendo parte de la historia.

 

Desde los ’40 hasta hoy la provincia estuvo bien y mal. Pasó por todo. Y en cada instancia interactuaron el diario y sus lectores como testigos y protagonistas. Eso habla de un sentimiento de pertenencia y un vínculo de confianza muy fuertes, más allá de las noticias. Gracias, San Juan, por ser la compañía en este viaje. Gracias por tanta historia.