"Si los dioses del fútbol existen, sería bonito ver a Messi levantar la Copa", fue la tremenda frase que lanzó el histórico jugador neerlandés Clarence Seedorf días atrás. En esa misma sintonía el excompañero de la Pulga en el Barcelona, el sueco Zlatan Ibrahimovic, pronosticó el ganador de la final: “Creo que ya está escrito quién va a ganar, y ya saben a quién me refiero. Creo que Messi levantará el trofeo, ya está escrito". Todo el planeta fútbol unió fuerzas para que el destino le entregue el único título que le faltaba y, a su vez, el más buscado y preciado. Ese que se le dio recién en su quinta participación: ser campeón del mundo.
Multiganador a nivel clubes y dueño de la mayoría de los récords futbolísticos, en el tramo final de su carrera le llegaron las alegrías con la Albiceleste: primero fue la Copa América nada más y nada menos que ante Brasil en el Maracaná, luego la Finalissima ante Italia en otro mítico escenario como Wembley y ahora, el 18 de diciembre del 2022, se escribió la página más dorada de su espectacular trayectoria con el título del mundo.
Messi tiene un feeling especial con los 18 de diciembre. Hace once años, se proclamó campeón del mundo pero en esa ocasión fue con el Barcelona. La vieja Intercontinental se la llevó aquel día el equipo azulgrana tras golear al Santos por 4-0. Como este domingo, la Pulga anotó por duplicado.
Este domingo inolvidable el fútbol evitó su mayor injusticia de la historia y consagró a Lionel Messi en el olimpo del fútbol mundial. Ahora su nombre estará escrito junto a los otros dos capitanes argentinos que levantaron el trofeo más hermoso, Daniel Passarella en el ’78 y Diego Armando Maradona en el ’86, pero también llegó a un lugar donde ya estaban Pelé, Franz Beckenbauer, Ronaldo, Ronaldinho, Lothar Matthauss, Zinedine Zidane, entre otros cracks.
La Pulga ya había ganado un Mundial. Fue aquel Sub-20 en el 2005 en Países Bajos y luego se cansó de jugar finales con Argentina, pero la suerte le fue esquiva en la Copa América del 2007, el Mundial 2014 y los trofeos continentales del 2015 y 2016. La historia empezó a dar señales aquel 10 de julio del 2021 en Río de Janeiro, le hizo otro guiño en Londres y hoy lo puso en lo más alto del fútbol mundial. Como se lo merecía.
Se bancó las críticas injustas en varios tramos de su carrera, amagó con irse y volvió por el pedido popular, porque la Selección no iba a ser lo mismo sin él, independientemente del técnico o de los jugadores. Siempre lo intentó, siempre luchó. Viajando y diciendo presente para vestir la camiseta de su país cuando en su adolescencia fue tentado por un país como España que lo adoptó y le dio un gran futuro en un momento en el que le cerraron muchas puertas. Pasó muchos cumpleaños concentrando con el equipo (el 24 de junio es la fecha de su aniversario) porque sentía que sus compañeros, que siempre fueron cambiando, eran parte de su familia.
Por uno u otro motivo, en los cuatros mundiales que disputó anteriormente no pudo mostrar en su totalidad todo el talento que tiene y hasta perdió una final en los últimos minutos. Pero en el fútbol, un deporte por demás injusto, hoy apareció la justicia divina y le devolvió todo lo que él entregó a lo largo de los años. Ahora le toca festejar a él, en paz y con la tranquilidad de ser campeón del mundo. Sí, aunque parezca increíble, la Pulga lo hizo posible y jugando la mejor cita ecuménica de su carrera. Asistencias, un liderazgo envidiable, su mejor versión y siete goles para dejar su sello, una marca que jamás se borrará y quedará por siempre en la memoria de los más de 45 millones de argentinos que vibraron con su fútbol. Encima, la FIFA y la organización le colocaron una capa inédita, como para que no queden dudas de que es un superhéroe. La historia te tenía preparado este momento, Lionel…