Fuentes: Ecología Verde y ONU

Una ciudad se vuelve óptima para la vida cuando no sólo ofrece servicios, buena distribución de mobiliario urbano, niveles de polución controlados, etc., sino también cuando ofrece a su comunidad zonas verdes urbanas a través de políticas bien consensuadas y responsables de medio ambiente.

Esas áreas verdes son claves para mejorar la salud de la población, pues actúan como pulmones que renuevan el aire polucionado, al tiempo que relajan y suponen una evasión necesaria para olvidar el hormigón, constituyendo auténticos pulmones de vida. Son innumerables los estudios que han concluido la conveniencia de tener árboles cerca del hogar, espacios naturales en los que poder hacer ejercicio, dar un paseo o simplemente sentarse para leer, conversar o hacer cualquier otra actividad. 

 

 

El mundo reconoció recientemente la importancia de estas cuestiones con la aprobación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, con la que los gobiernos se comprometieron a garantizar el progreso respecto de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y sus 169 metas ( https://unchronicle.un.org/ ). El avance en las metas relativas a las enfermedades no transmisibles y al cambio climático dependerá del progreso alcanzado en otras muchas esferas prioritarias, y vice versa. 

Aumentar el número y la calidad de los espacios verdes puede mitigar los contaminantes climáticos de corta vida que producen un fuerte efecto de calentamiento global y contribuyen notablemente a más de 7 millones de muertes prematuras al año relacionadas con la contaminación atmosférica. Las fuentes, los estanques, los lagos y los jardines en techos en las zonas urbanas también moderan los extremos de temperatura y reducen el efecto urbano de isla térmica, lo que ahorra energía y mejora la calidad del clima en las ciudades.

Hoy es común encontrar muchas advertencias respecto al cuidado ecológico por las redes sociales, ejemplo: "Si los árboles dieran wifi, todo el mundo plantaría árboles y detendríamos la desforestación. Lástima que sólo produzcan el oxígeno que respiramos y regulan el clima del planeta’. ¡Comparte para reflexionar!, de este tipo de mensajes estamos avasallados día a día. Pero realmente ¿somos conscientes del respeto y cuidado del árbol, espacio verde, agua y la naturaleza que nos rodea? Verdaderamente, ¿por qué son importantes estos espacios?

 

¿Qué es un espacio verde?

 

Una espacio verde, también conocido como zona verde o área verde, es un terreno delimitado en el que hay vegetación. Puede ser un bosque, una jungla, un parque o un jardín, pero debe estar delimitado y tener vegetación. Además, cuando hablamos de espacios verdes urbanos nos referimos a aquellos que se encuentran dentro de una ciudad o una aglomeración urbana. No obstante, no todas las zonas verdes son iguales y, cuando hablamos de espacios verdes, se refiere a unos en particular. Estos se distinguen en dos tipos:

Espacios verdes naturales: son los que se han desarrollado de forma natural, sin que el hombre interviniera.

Espacios verdes no naturales: son los que han sido creados por el hombre y su origen coincide con el momento en que las áreas verdes naturales empezaron a decrecer.

La definición que le da la comisión nacional de medio ambiente es que las zonas verdes urbanas, o en la periferia de las urbes, son zonas ocupadas por plantas, arbustos o árboles cuyos usos pueden ser variables, pueden dársele usos ecológicos, de ocio, de decoración, rehabilitación, protección o todas a las vez.

¿Por qué son importantes los espacios verdes? 

Disminuyen la violencia

Una interesante línea de investigación relaciona los comportamientos violentos con la carencias de estos lugares, proponiendo un paisaje urbano más verde para combatirla, según concluye una encuesta de la Universidad de Temple, en Estados Unidos.

Aumenta la esperanza de vida

Desde un enfoque positivo, los entornos naturales fomentan la creatividad, las capacidades mentales y afectivas, por lo que las zonas verdes urbanas ayudarían a mejorar la longevidad y la calidad de vida de sus habitantes. Puesto que se ha demostrado que el contacto con la naturaleza beneficia a largo plazo, los planificadores urbanos tienen un gran recurso para diseñar las ciudades de forma inteligente, haciéndolas más habitables. No en vano, los parques, jardines y pequeñas arboledas son auténticos oasis en medio de la jungla urbana, unos valiosos recursos para mejorar la salud y el bienestar.

Deporte más saludable

Ya hace años que se habla mucho sobre la importancia de practicar deporte con regularidad y de evitar el sedentarismo. No obstante, investigaciones llevadas a cabo por especialistas de la Universidad australiana de Queensland han demostrado que practicar ese ejercicio en zonas verdes es mucho más beneficioso que hacerlo en otras zonas de la ciudad donde haya asfalto y coches.

Mejora las relaciones sociales

Si hay algo que todo el mundo detesta de las aglomeraciones urbanas son el ruido y las muchedumbres. Paradójicamente, una de las consecuencias de las aglomeraciones de gente, así como del ruido, es que se debilitan las relaciones sociales entre los vecinos, algo que hacer que se vaya perdiendo el sentimiento de comunidad. Esa falta de sentimiento acaba causando que los individuos no logren integrarse, en parte por que no hay nada a lo que integrarse. Otra cosa que hay que tener en cuenta, es que los estudios demuestras que el sentimiento de comunidad y unas buenas relaciones sociales reducen los niveles de mortalidad, las tasas de suicidio y aumentan los niveles de salud, tanto mental como física.

Crean conciencia ecológica

Todos los estudios indican que una de las cosas más importantes a la hora de crear conciencia ecológica es poder vivir la naturaleza. Da igual que sea en casa, en parques o en la montaña, vivir la naturaleza y estar en contacto con ella es el factor fundamental para que nos preocupemos por ella e intentemos conservarla. Con clases o sólo explicándolo no es suficiente para que los niños entiendan la importancia de conservar la naturaleza, vivirla y amarla, por ejemplo con las zonas verdes urbanas, es lo que les creará esa conciencia.

Tres espacios verdes para imitar

A continuación te mostramos los tres parques más emblemáticos y representativos de zonas verdes urbanas en algunas ciudades.

Nueva York: en esta ciudad americana se encuentra la que, seguramente, es la zona verde urbana más emblemática y famosa en todo el mundo. Se trata del Central Park, escenario de numerosas películas, con 341 hectáreas de bosque, parque, lagos, puentes y esculturas que lo convierten en el parque más visitado de todo el mundo y en el pulmón de la gran manzana.

Barcelona: el Parque de la Ciudadela es, aunque mucho más reducido que el de Manhattan, el pulmón de la ciudad condal. En sus 17 hectáreas se extiende un lago, monumentos, zonas de paseo y ocio, e incluso el Parlamento de Catalunya y el zoo.

Madrid: la capital española también tiene una gran área verde urbana, el famoso Parque del Retiro, un jardín con gran historia reconvertido a parque público en el siglo XIX que está considerado como un bien de interés cultural.

 

La importancia de los árboles en las ciudades 

No sólo es importante preservar los árboles que constituyen bosques y selvas. Los parques de las ciudades y los paseos y avenidas que cuentan con árboles sanos, son esenciales para que el ciudadano disfrute de una mejor calidad de vida en la ciudad. Que mitigue, en cierta medida, los inconvenientes de vivir en una gran ciudad.

 

Los árboles son muy beneficiosos para el medio ambiente urbano. Cumplen varias funciones que favorecen a la ciudad y, por ende, a sus habitantes. En primer lugar, mejoran la calidad del aire pues son agentes activos que reducen la contaminación atmosférica. Si en las grandes ciudades no hubiera árboles, el tráfico haría casi imposible vivir en ellas. Además éstos generan oxígeno, absorben dióxido de carbono y retienen los polvos y partículas que se mantienen en el ambiente. Pero también, reducen el molesto ruido que se produce en la mayoría de las grandes ciudades, tráfico, cláxones, sirenas, gritos, obras, todos estos molestos sonidos resultan atenuados por los follajes de los árboles, que hacen una labor de barreras antisonido, de aislantes acústicos, retrasando o, incluso, deteniendo las ondas sonoras.

Como factor importante, regulan y actúan sobre el clima, ya que aumentan la humedad del ambiente y disminuyen la temperatura en verano y la aumentan en invierno, además de generar corrientes de aire y constituir pantallas contra el viento, la lluvia, la nieve, el granizo o los rayos solares. Así mismo, los árboles que no están rodeados de hormigón y cemento, purifican las aguas que se filtran por el suelo, pues sus raíces actúan como descontaminantes, reteniendo nutrientes y agentes patógenos.

Hay que pensar que los árboles sirven como morada de aves, que alegran la ciudad con su presencia y cantos. Por último, hay que señalar que ofrecen una compensación ante los fríos edificios de las ciudades, proporcionando a sus ciudadanos beneficios estéticos, sociales y psicológicos. Mejoran, en definitiva, la salud y el bienestar de las personas. La verdad es que los árboles tendrían que ser tan respetados en las grandes ciudades como las propias personas.