El alcalde de Puchuncaví, una de las ‘zonas de sacrificio ambiental’ de Chile, abandonadas al deterioro industrial y la contaminación, pidió ayer parar la actividad industrial cuando se multiplique la contaminación, después de que el martes cerca de 100 personas resultaron fuertemente intoxicadas.

Los niveles de dióxido de azufre en la zona de Quintero-Puchuncaví, que organizaciones como Greenpeace denominan ‘el Chernobil chileno’, registraron una nueva alza que los quintuplicó, afectando a unas 100 personas, la mitad de ellas escolares. Según responsables de Salud de la región de Valparaíso, los menores presentaron sintomatología asociada a cefalea, picor en ojos y garganta, además de náuseas, por lo que se tuvo que cerrar, una vez más, las 14 escuelas de la comuna.

El alza obligó a las autoridades de esta localidad costera a decretar la emergencia ambiental y al ministerio del Medio Ambiente, uno de los prioritarios para el nuevo Gobierno, a anunciar medidas preventivas.

Un anuncio que sin embargo no se ha concretado y que ha soliviantado a los responsables de la comuna, situada en la región de Valparaíso, que llevan años luchando con los gases tóxicos y residuos que vierten a diario en la atmósfera y en la bahía grandes empresas como la minera Corporación nacional del Cobre de Chile (Codelco) y la eléctrica AES Andes.

El alcalde de Puchuncaví, Marco Morales, denunció que pese a este nuevo alza en la contaminación y su impacto en la población, el Gobierno permite a las industrias continuar con su actividad y no las obliga a reducir y parar la producción para salvar vidas humanas.