Con custodia. La jueza federal ordenó que la Policía montara una guardia en la puerta del PJ para evitar el ingreso de otras personas al edificio.

 

 

La jueza federal con competencia electoral, María Romilda Servini, intervino el Partido Justicialista nacional y designó al frente al sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo, para que “normalice” el organismo partidario. El titular del Partido Justicialista (PJ) nacional, José Luis Gioja, dijo que apelará la intervención. El exgobernador de San Juan se atrincheró en la sede del partido y salió recién cerca de las 21.30 de anoche. Antes, en horas de la tarde, hubo forcejeos con la Policía y periodistas que pretendían arrancarle una declaración al diputado. En el peronismo, más que nada los gobernadores, hubo casi silencio absoluto, ya que el único que habló fue el mandatario sanjuanino, Sergio Uñac.

La intervención se generó a partir de un pedido de los dirigentes sindicales, integrantes de las 62 Organizaciones Peronistas, Carlos Acuña, Guillermo Rojas y Horacio Valdez, para que la Justicia declare “el estado de acefalía” del partido. Los peticionantes estimaron que “ninguno de quienes arrogan el mandato de los afiliados, a la fecha cumplen ese requisito” de conducir el partido. En el mismo trámite, la jueza dispuso la creación de una comisión asesora, conformada por tres miembros.

Barrionuevo pidió el desalojo de la sede partidaria situada en Matheu 130, tras lo cual la policía de la ciudad dispuso un despliegue de efectivos para impedir el ingreso de personas al edificio. Así Barrionuevo hizo el pedido de desalojo en la comisaría sexta tras alegar que el presidente del PJ, José Luis Gioja, se negaba a abandonar el edificio. El designado interventor dijo que “el compañero Gioja” se había “encerrado en una oficina” y que impedía la intervención ordenada por la Justicia. La orden se cumplió justo cuándo el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, estaba en un programa de TV. Urtubey fue muy crítico con la conducción actual del peronismo y con varios de los referentes que acompañaban a Gioja, entre ellos, Leonardo Nardini, intendente de Malvinas Argentinas y vice del PJ, también Gustavo Menéndez, presidente del PJ bonaerense, el exintendente de 3 de Febrero, Hugo Curto, la diputada Cristina Alvarez Rodríguez y la senadora Pilati de Vergara, entre otros.

Uñac, ayer a la tarde, publicó en redes sociales una declaración, que se convirtió en casi la única de un gobernador, salvo la del salteño: “No perdamos el foco, sigamos trabajando”, dijo Uñac. Además agregó que “la decisión judicial no debe paralizar al justicialismo que está trabajando en la construcción de un nuevo proyecto. Siempre he defendido la institucionalidad, no le hace bien este tipo de intervenciones a las instituciones partidarias, que son la base de la democracia. No obstante hay que respetar las instancias judiciales y evaluar las medidas procesales pertinentes”, finalizó.
 

>> El perfil del nuevo interventor del PJ   

 

El designado interventor judicial en el Partido Justicialista (PJ), Luis Barrionuevo, conduce desde hace décadas la Federación de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos (Fethgra), fue diputado y senador nacional por Catamarca y candidato a gobernador de ese distrito y lideró desde 2008 la CGT Azul y Blanca, una de las tres centrales obreras en las que se dividió el sindicalismo durante la era kirchnerista. Barrionuevo nació el 15 de marzo de 1942 en Catamarca, está casado con la diputada nacional del Frente Renovador (FR) y ex ministra de Trabajo del ex presidente Eduardo Duhalde, Graciela Camaño, y tiene tres hijos: Alejandro, Melina Eva y Sandra Liliana. Famoso por su verborragia altisonante, fue parte fundamental del llamado Pacto de Olivos y son siempre recordadas sus frases “Nadie hizo la plata trabajando” y “en la Argentina hay que dejar de robar al menos dos años” para producir su recuperación. Barrionuevo ya merodeaba ese gremio hacia 1975, en pleno gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, y procuró alcanzar su conducción provincial a través de una irrupción armada a su sede, que la justicia de la época obligó a reintegrar luego de 48 horas al entonces secretario general de la organización, Ramón Elorza. El jefe sindical protagonizó el violento episodio de la quema de urnas en 2003 en Catamarca, cuando procuró llegar a la gobernación, y fue el artífice de la división de la CGT en 1989 en el Congreso del Teatro San Martín.

 

 

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Publicado por Diario de Cuyo en martes, 10 de abril de 2018