Aunque hay quienes sostienen que Buenaventura Luna no quería mujeres en sus formaciones, especialmente en La Tropilla de Huachi Pampa, hay documentos y testimonios que demuestran lo contrario. Es que el poeta huaqueño -que valoraba la labor de las mujeres, según resalta su nieto y biógrafo, Carlos Semorile- no sólo incorporó a "La Paisanita" Ángeles del Castillo y al dúo Las Serranitas a esta famosa agrupación nacida en los años ’30. Si por él hubiera sido, una coterránea suya habría integrado esa recordada Tropilla que hizo roncha en Buenos Aires, por la que pasaron famosos cantantes y que proyectó el folclore cuyano al país desde la radio y los escenarios. Se trata de su prima hermana Gladys Manuela Roco, a quien Eusebio de Jesús Dojorti Roco (el nombre real de Buenaventura Luna) invitó para integrar sus filas, pero no pudo ser. Por aquellas épocas, y sobre todo lejos de las grandes ciudades, no estaba muy bien visto que una muchacha se involucrara en "ese ambiente" de artistas y trasnochadas. Esa fue la respuesta que Ramón Roco le dio a su hija, quien no se atrevió a desafiar la estricta autoridad paterna y así se terminó esa ilusión de juventud que no olvidó y le costó una gran pena que arrastró a lo largo de su vida. Esta historia, interesante y no menos curiosa, la abrió María Gladys Dutruel Roco, hija de Gladys, también de raíces jachalleras y que reside en Córdoba. Ella la puso de manifiesto a través de un comentario en la concurrida página de Facebook creada por Alejandra Ygonett (para homenajear a Buenaventura, su tío abuelo); y luego se explayó en charla con DIARIO DE CUYO.
"No sé en qué año habrá sido (NdeR, tal vez fue en el ’42, cuando Luna buscó voces femeninas para rearmar el grupo), pero ella comentaba de esa invitación que le hizo Buenaventura. Mi abuelo era hermano de la madre de Eusebio. En aquel momento mi madre era soltera, vivían en Jáchal, pero su padre no la dejó, decía que no era un ambiente para una chica sola. Su mamá -que fue la segunda esposa de Roco, ya viudo de su primera mujer- nunca dijo nada, la mujer no tenía voz propia en esa época, no cuestionaba nada, así que a mi mamá se le hizo muy difícil y se quedó donde estaba, pero nunca lo tomó bien", narra vía telefónica María Gladys sobre su madre, que después se recibió de maestra, trabajó en la Escuela Normal de Jáchal como administrativa y también llevó unos años el jardín de infantes. "En su momento ella asumió el mandato paterno, pero eso le quedó como una espina en el corazón. Repetía que quizás podría haber llegado a ser una cantante famosa… ‘Yo podría haber cantado con Eusebio’, decía siempre; y se quedó con esa frustración, como que no la superó nunca", acotó.
"’Yo podría haber cantado con Eusebio’, decía siempre; y se quedó con esa frustración, como que no la superó nunca". Gladys Dutruel, sobre su madre.
"Mi madre tenía una voz preciosa, pero no cantó en Jáchal, salvo en alguna reunión familiar. Conoció a mi padre, que era santafesino, bancario del Banco Nación. Se casaron en Jáchal donde nacimos mi hermano y yo, y allí estuvimos hasta que yo tuve 11 años más o menos. Vivíamos en el barrio San José, a una cuadra de la fábrica de conservas Clancay. Después por razones de trabajo de mi padre, que lo trasladaban, vivimos en varias provincias. Ella fue consiguiendo traslados, hasta que se jubiló como docente; pero entretanto también cantó en algunos coros y varias veces la eligieron para ser solista", agregó María Gladys, que hace unos cuatro años volvió de visita a sus orígenes. "En casa solía cantar lo que hacían en el coro o la música que estaba de moda. Cantaba muy al estilo de Estela Raval, tenía ese tipo de voz y esa fuerza. Y le gustaba mucho el folclore. Sin embargo, después no quiso cantar más. Le insistíamos, pero se negaba y le echaba la culpa a la alergia. Se cerró en eso y no cantó más" recordó. "Ese dolor de no haber podido cantar en su momento le duró toda la vida. Me acuerdo que una vez le regalé un vinilo de Buenaventura Luna, con temas que no eran muy conocidos, precioso; y nunca lo escuchó, terminó regalándolo. Era como un dolor muy grande escuchar eso y no haber podido estar ella ahí…", añadió.
Gladys Roco, "una adelantada a su época" como define su hija, falleció a los 86 años el 7 de abril de 2012 en Córdoba y fue sepultada en Paraná, donde vivían. Con ella, esta mujer coqueta que forjó un carácter fuerte, se llevó aquel sueño de artista… Y esta historia que María Gladys decidió compartir, sumando otra pieza al gran universo de Buenaventura Luna.
( FotosGentileza María Gladys Dutruel )