La directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, dijo que el acuerdo final con la Argentina incluirá cambios en la recaudación impositiva y el gasto público, y que el Fondo está trabajando en un plan realista que tiene como objetivo principal sacar al país del “muy peligroso sendero de alta inflación”.
En un encuentro con medios internacionales del que no participó ningún medio argentino, Georgieva se encargó de sumar su voz para recalibrar el mensaje del Fondo sobre la negociación con la Argentina: dijo que el nuevo programa será “pragmático”, y planteó como objetivo central lograr una baja de la inflación, un ajuste respecto de la ambición inicial del organismo, que buscaba un plan sólido que pudiera atacar los problemas de fondo de la economía y colocarla en un sendero de crecimiento sostenible. El Fondo ha indicado que ahora trabaja con el Gobierno en un plan “realista” con flexibilidad y pragmatismo.
“Nuestro principal foco es sacar a la Argentina de este camino muy peligroso de alta inflación”, dijo Georgieva en su encuentro con medios internacionales, según consignó la agencia Bloomberg.
Georgieva indicó que los cambios en impuestos y en el gasto público son “dos áreas de condicionalidad estructural que vendrían en el acuerdo” final con el staff, también apuntó contra los subsidios energéticos, al indicar que “han sido muy generosos, no solamente con la gente pobre”.
El Fondo Monetario quiere una reducción de los subsidios energéticos en el menú de medidas para cumplir con las metas del sendero fiscal acordado con el gobierno de Alberto Fernández, que prevé un déficit fiscal primario del 2,5% este año, y luego una baja paulatina hasta alcanzar el déficit cero en 2025. La puja por los subsidios tiene como contracara un aumento de las tarifas de los servicios públicos, un área bajo el control de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, de enorme sensibilidad política.
Las declaraciones de Georgieva llegaron una semana después de que el Gobierno y el Fondo anunciaron un “entendimiento” de políticas clave para comenzar a perfilar el acuerdo para refinanciar la deuda por alrededor de 44.000 millones de dólares que tomó el gobierno de Mauricio Macri. El atípico anuncio incluyó las metas fiscales y monetarias hasta 2024, pero omitió las metas para los restantes años del nuevo préstamo, que tendrá una duración de diez años, o las medidas con las cuales el Gobierno espera cumplir con los compromisos que asuma.
La discusión sobre el monto y el ajuste de los subsidios a la energía es una de las áreas más delicadas del nuevo programa ya que en el Gobierno entienden que una suba muy pronunciada de las tarifas de servicios público socavará el respaldo político del Frente de Todos, algo que ya le ocurrió a Macri durante su gobierno. Georgieva dijo que todavía quedaba un duro trabajo por delante, según indicó la agencia Reuters, y además reconoció que debían lidiar con las limitaciones que impone la oposición política al acuerdo.
Máximo Kirchner, líder de La Cámpora y uno de los referentes del Frente de Todos, renunció a la jefatura del bloque del oficialismo en la Cámara de Diputamos para marcar su rechazó al preacuerdo que trazó el ministro de Economía, Martín Guzmán, con el staff del FMI.