"Mamá, cuando sea grande quiero jugar en River", así expresaba su sueño Ian Morales hace unos meses. Pero la vida del chico de 9 años dio un giro tan brusco como inesperado y hace seis meses que lucha contra una grave enfermedad en el Hospital Rawson. Oriundo de Media Agua, el pequeño padece hidrocefalia y producto de esta enfermedad perdió el habla y la movilidad de su cuerpo, solo puede expresar sus emociones a través de sus ojos y así es como se manifiesta cuando su papá le pone los partidos de River en la televisión o cuando ve a sus hermanitos una vez por semana.

"Está muy triste, porque quiere decir algo y no puede hablar ni moverse. De la única manera que se expresa es a través de los ojos, parpadeando una vez si quiere decir ´sí´ o dos veces cuando algo es ´no´", comenta dolida su mamá Liliana, quien hace seis meses que se muestra firme a pesar de la pesadilla que viven por la dura enfermedad del pequeño. "Es muy fanático de River, desde chiquitito y cuando su papá le pone el partido de River en la tele se le llenan los ojos de lágrimas parece que se emociona, lo mismo pasa cuando vienen a visitarlo sus hermanitos", agrega la mamá con la voz quebrada. La mujer sostiene que su hijo antes de que la enfermedad llegara a su vida era un chico hiperactivo que se despertaba a las 7 de la mañana, desayunaba y salía a jugar al fútbol. Incluso cuando su papá Claudio volvía de hacer sus changas de albañilería por la noche, también le insistía para salir a jugar a la pelota.
Ver al chiquito en la situación en la que está sorprende mucho más a Liliana porque Ian desde que nació siempre fue un chico sano. Dice que en su vida solo tuvo resfríos leves y nunca visitó un quirófano. Pero su vida dio un giro rotundo en octubre del año pasado. El pequeño, que ya había completado el Tercer Grado en la Escuela Periodista Luis Bates donde incluso había recibido el diploma por mejor promedio, comenzó con fuertes dolores de estómago. Sus padres comenzaron a llevarlo al hospital de Media Agua pero lo medicaban y el chico volvía a su casa con la esperanza que su salud mejorara pero esa mejoría nunca llegaba. "Desde el 25 de octubre al 10 de noviembre, lo llevamos todos los días al hospital, nos decían que era el hígado o infecciones en el intestino pero mi hijo no mejoraba, no comía. Le dábamos todas las comidas líquidas y las vomitaba. Era un dolor inmenso ver el deterioro que tenía", sostiene Liliana. Ian en menos de un mes, de 35 kilos que pesaba, bajó a 22.

Recién el 10 de noviembre lo derivaron a que asistiera al Hospital Rawson porque el pequeño ya no podía caminar y decía que no veía. "Me decía que veía solo manchas negras y todos me decían que era por la deshidratación", expresa la mamá. Ya en el hospital capitalino vino la resonancia y el diagnóstico determinó lo peor: hidrocefalia con el plus que el tumor ubicado en el cerebelo ya estaba muy avanzado. Al chico le tenían que colocar una válvula de drenaje urgente para liberar la presión que había provocado la hidrocefalia. "En ese momento eran las 13 horas y los médicos nos dijeron a mí y mi marido que si no lo operaban mi hijo no llegaba a las 15 porque se moría", agrega conmovida Liliana.
Ian después de esa operación mostró una mejoría, pidió comida algo que no pasaba hace un mes y hablaba con sus padres pero el 16 de noviembre llegó la operación del tumor. El pequeño Ian pasó 8 horas en el quirófano y desde ese momento perdió el habla. "El tumor estaba en un lugar complicado, desde ese día no lo escucho hablar", cuenta la mamá. Después de eso, el chiquito estuvo con respirador y hasta el día de hoy cuenta con una traqueotomía. Lo cierto es que pruducto de su enfermedad el chico perdió además la movilidad de su cuerpo y debió someterse a infinitas sesiones de radioterapia. Ahora no logra sostener su cabeza, si bien realiza mínimos movimientos en su cuerpo, se alimenta a través de una sonda.
LA IMPOTENCIA DEL CHICO
Ian cuenta además de la asistencia de profesionales médicos, con la asistencia de su psicóloga y su maestra. Precisamente la docente, Bárbara Tejada hace una semana pidió una tablet para que el pequeño se pudiera comunicar a través de una Aplicación llamada "Háblalo". Es que el chiquito está con depresión debido al estado en el que se ve y sin poder expresarse. Su mamá comentó que está muy triste y hay días que no se deja tocar. "Quiere hablar, no puede y se enoja. Con la aplicación tiene que tocar una sola vez para decir algo pero toca fuerte y también se enoja. Por eso se expresa a través de los ojos y se emociona bastante por eso llora. Eso pasa cuando ve a River o cuando ve a sus hermanos, pareciera que les quiere decir algo", comenta Liliana otra vez al borde de las lágrimas.
LOS MORALES: ENTRE LA HUMILDAD Y LA NECESIDAD
Ian, es el hijo del medio de Liliana y Claudio Morales. Junto a sus hermanos Brisa (12 años) y Uriel (7), no tienen casa. Es que la familia fue evacuada hace 9 años, cuando Ian tenía solo meses de vida y San Juan sufrió fuertes lluvias que duraron tres días. La humilde casa en donde vivían sobre la calle 25 en Sarmiento no resistió y se derribó. La familia fue trasladada al Club Belgrano y desde ese momento se acomodaron en el salón, que lo dividen con cortinas para separar el comedor de la habitación. Si bien en ese momento la promesa de una vivienda estuvo, hubo varias entregas de barrios del IPV pero la suerte para los Morales fue esquiva. "Nos decían ya les va a tocar pero seguían pasando las entregas de barrios y nunca nos tocó", comenta la mamá de Ian.
Si bien ya se acostumbraron a vivir allí, ahora se les presenta un enorme problema. Una vez que a Ian le consigan la silla de ruedas y el botón gástrico, el chiquito podrá ser dado de alta, con la única condición que la vivienda sea apta para el pequeño. "En el salón donde vivimos no tenemos baño, compartimos el baño del club, es decir que lo usan todas las personas que van hacer deportes al club", comentó la mamá. Ian, por ser paciente oncológico y por el estado que presenta no podrá volver a donde hoy está su familia y al matrimonio tampoco le alcanza para pagar un alquiler. Claudio hacía changas de albañilería pero hoy en día poco puede hacer, es que Liliana se traslada al Hospital durante cinco o seis días y a la semana siguiente es el jefe del hogar quien cuida al pequeño Ian durante tres o cuatro días seguidos. Así se turnan para cuidar a Ian en el Rawson y para cuidar a sus otros dos hijos.
¿Como subsisten el día a día? La mujer dijo que hoy la Asignación Universal por Hijo es el único ingreso: "Mi marido tenía unos ahorros y con eso tiramos y ahora el salario tratamos de estirarlo lo más que podemos, ya nos sentimos ahogados", expresó preocupada la mujer.
PARA COLABORAR
La familia de Ian Morales requiere de ayuda. Para comunicarse con la mamá, Liliana Vizcaino, comunicarse al 264-5236882.
