Aunque todos, en distinta medida, suelen pasar por la Quinta de Olivos los días que el Presidente se recluye allí, este mediodía debutó oficialmente la nueva mesa política que eligió Mauricio Macri para afrontar el que acaso sea su momento más difícil desde que asumió.
En la residencia presidencial, pero sin Macri, abocado a recibir a embajadores, parte del selecto grupo se juntó a almorzar. Fue al cabo de una foto que el equipo de comunicación se encargó de orquestar para tener registro de este gesto de apertura del mandatario.
Aunque se perdió la reunión de coordinación que esta mañana encabezó el Presidente, el líder radical Ernesto Sanz llegó justo para posar en esa postal.
Lo esperaban el jefe de Gabinete Marcos Peña, el ministro del Interior Rogelio Frigerio, quienes llegaron bien temprano a Olivos; y el repatriado titular de la Cámara de Diputados Emilio Monzó.
Junto a Sanz, también se sumó el gobernador de Jujuy Gerardo Morales, pero no así el jefe del radicalismo Alfredo Cornejo, quien semanalmente asistirá a la reunión de mesa chica.
Tampoco estuvieron dos que nunca salieron de la mesa de decisiones del Presidente: tanto el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta como la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal tuvieron actividades de gestión y no participaron.
Más allá de estas ausencias, se trata del primer encuentro de una mesa que el Presidente quiere que oficie de nexo entre la gestión y la política.
Su idea es que allí no sólo se discutan temas de coyuntura, sino que, al mismo tiempo, se analicen propuestas para retomar la iniciativa política.