Aunque la mayoría lo ignore, la "muerte del mar" es una de las catástrofes ambientales más grandes del país, inclusive por sobre el daño ambiental que ocasionan otros fenómenos como los incendios, inundaciones, deforestación o sequía en los humedales. Se trata de un proceso que comenzó hace unos 50 años con la denominada "pesca de arrastre" que está arrasando con toda la fauna marina sin ningún tipo de contemplación y sin distinción de especies provocando un daño irreparable. Este tipo de pesca la realizan tanto flotas de barcos argentinos como de otras nacionalidades que incursionan en forma ilegal tal el caso de China, Corea del Sur, Taiwán y España, que desde hace años vienen aprovechando las inigualables bondades que ofrece nuestro mar a pesar de que por año dejan millones de kilos de peces muertos.

La pesca de arrastre es una actividad a la que nunca se la está controlando como corresponde, posibilitando a los que la practican transgredir todas las normas vinculadas con la preservación de los recursos marinos.

La industria pesquera reconoce el problema pero no por ello se ha tomado alguna medida para evitar este desastre, o que barcos de otras nacionalidades -verdaderas factorías flotantes- lleguen para usufructuar de nuestro mar.

Para la pesca de arrastre, que es un método "no selectivo", se utiliza una enorme red de hasta 120 metros de largo por 45 metros de ancho y con una boca que puede llegar a tener hasta 12 metros de altura. Con ella se busca pescar merluzas y langostinos, dos de las tres principales especies, la tercera es el calamar que se pesca de otra manera, pero en el proceso se capturan otra gran cantidad de especies que al no ser de utilidad son volcadas nuevamente al agua aunque ya sin vida. Esto hace que el Mar Argentino se haya convertido en un gigantesco cementerio de peces, crustáceos, moluscos y mamíferos que crece día a día.

La ley federal de pesca tiene un tinte ambiental. Prohíbe un montón de cuestiones. Pero no la pesca de arrastre, sostienen los ambientalistas preocupados por la situación. Está poco estudiado el impacto que hay sobre el fondo marino argentino en sí. Nadie sabe a ciencia cierta qué pasa con ese espacio topado y arrasado. Se los llama "campos de arrastre". Es el equivalente a la tierra deforestada.

La pesca de arrastre es 100% legal, pero según la ley de pesca el descarte de especies sí está prohibido. Se podría avanzar sobre ese aspecto para tratar de controlar este fenómeno y evitar que esta catástrofe ambiental continúe profundizándose hasta límites insospechados.

Pocos conocen que una tercera parte del territorio nacional es agua, ni nadie sabe lo que ocurre en ese ámbito, ni siquiera los funcionarios del área de ambiente o de industria y comercio. 

El Mar Argentino es una gran fuente de recursos que en estos momentos está amenazada y que si no se le presta atención terminará totalmente depredada por la inoperancia o descuido de las autoridades a las que les corresponde actuar en su defensa.