El proyecto de la NASA de volver a llevar astronautas a la Luna en 2024 apunta a establecer presencia humana de forma sostenible a partir de 2028, como preparación para la verdadera ambición, que es ir a Marte, informó ayer la agencia espacial estadounidense.
Jim Bridenstine, administrador de la National Aeronautics and Space Administration, hizo el anuncio durante la segunda jornada del Salón Aeronáutico de Le Bourget, al norte de París (Francia), donde insistió en que la misión a la Luna que en diciembre de 2017 fijó el presidente estadounidense Donald Trump es "ir de forma sostenible".
Para ello, explicó Bridenstine, la NASA debe crear una plataforma orbital que tenga una vida útil de 15 años y sirva de base para inspeccionar cualquier parte de la Luna, pero que además, a futuro, pueda utilizarse para la propulsión hasta Marte.
La plataforma orbital de esa misión a la Luna, bautizada Artemis, aprovechará la experiencia de la Estación Espacial Internacional (ISS) que lleva más de 20 años habitada, según informó la agencia de noticias Efe.
A su vez servirá para probar la tecnología que habrá que desarrollar para Marte, que tiene un interés particular porque allí hay elementos (un océano y una atmósfera) que hacen potencialmente posible la vida.
Bridenstine, de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, confirmó que el costo que se baraja es de entre 20.000 y 30.000 millones de dólares para en un plazo de cinco años dotarse de las capacidades de alunizaje para los astronautas. Eso no incluye -precisó- ni las misiones de exploración que se puedan llevar a cabo ni garantizar una presencia humana sostenible en el satélite de la Tierra. Hoy el presupuesto anual de la agencia es de 20.000 millones.
En medio de las celebraciones del 50 aniversario el próximo mes de julio de la llegada del hombre a la Luna de la mano del Apolo 11, el máximo responsable de la NASA reiteró que con Artemis se irá "de forma totalmente diferente", con una voluntad de permanencia, utilizando los recursos disponibles sobre el terreno y en cooperación internacional.
Desde que la Administración Espacial Nacional China (CNSA) publicó imágenes de la cara oculta de la Luna, la administración de Trump está obsesionada y dispuesta a redoblar esfuerzos para volver a pisar el satélite natural de la Tierra.
Para demostrar voluntad política, la administración Trump presentó una solicitud de 1.600 millones de dólares adicionales al presupuesto. Estos costos que ya fueron autorizados, no terminan de convencer al Congreso, quien solicitó un plan detallado de cómo se van a gastar para aprobarlos. El primer mandatario publicó un tuit diciendo que este proyecto "restauraría la grandeza de la NASA".