"Es otra vida" así, con la sabiduría de la experiencia la abuela María del Rosario define el hoy de Matías Giménez, el goleador sanjuanino de Independiente que se prepara para mañana jugar acá, cerca, en Mendoza, por Copa Argentina. Y esa otra vida es para todos los integrantes de la familia Giménez. Cambió todo desde aquel instante en el que Matías se decidió por la propuesta del Rojo de Avellaneda. Hoy, con Tevez en el banco, Matías recuperó confianza y goles. Eso, para todos los Giménez es premio a lo que desde chico él mismo eligió.

Recuerdo. La camiseta del partido contra Godoy Cruz quedó en manos de sus abuelos Héctor y María del Rosario.

Su abuelo Héctor lleva San Martín en su sangre. Nacido enfrente de la cancha de la calle Mendoza, inspiró en todos sus descendientes el amor por esos colores. Daniel y Gustavo, los hijos varones, y Patricia mamaron la pasión verdinegra. Quiso el destino que Matías, el único hijo varón del mayor, Daniel y Verónica, eligiera el fútbol y hoy con 24 años, ya es profesional. Fue una experiencia de vida. De ir a la escuelita, pasar por Inferiores, debutar en Reserva, luego en la Primera Local hasta llegar aquel día con Estudiantes de Caseros en el Pueblo Viejo, en tiempos de pospandemia, para meterse en la vida del equipo de la Primera Nacional. Matías fue aprovechándolo y su familia, todos, incluyendo su fan número uno que es su primo Juan José, siempre lo acompañaron. Ahora, se preparan para viajar mañana a Mendoza para verlo en el Malvinas Argentinas contra Estudiantes. Como siempre, apoyándolo.

Esa otra vida que dice la abuela María del Rosario lo tiene ahora al Mati -como le gusta decirle- viviendo en un octavo piso en Palermo. Solo, con una disciplina diferente: "Fue todo repentino para él y para nosotros. Pero lo apoyamos siempre. Ahora lo vi grande, con más físico. Siempre que me habla me dice que vayamos con su abuelo Héctor en avión, que nos paga los pasajes pero aún no lo decidimos. Si lo vemos por la tele y sufrimos cuando juega pero sabemos que era lo que él quería".

El que no cabe en su orgullo es el abuelo Héctor, un verdinegro de ley, que ve y hasta con lágrimas en los ojos cómo los sueños se pueden hacer realidad: "Vino Matías y me trajo de regalo la camiseta blanca cuando jugó con Godoy Cruz. Ahí, me di cuenta que no estaba soñando. Tanto que entrenó, tanto que se sacrificó y hoy tiene este presente tan lindo para todos nosotros. Nos cambio la vida porque sentimos que su esfuerzo lo premió con esto. Ahora, sufrimos con Independiente pero soy feliz. Mati siempre me llama, hablamos. Ahora, encontró confianza en Tevez. Con el anterior técnico no tuvo ese respaldo y aparecieron opciones como Platense y Newell’s pero su apuesta era lograrlo en Independiente. Ahora está feliz, con ganas. A uno lo llena de orgullo más allá de todo lo que implica que se le abra otra chance en el exterior en el futuro. Pero para eso falta. Hoy, se tiene que afirmar".

Unidos. Juanjo y Luciano, sus primos, siempre lo acompañaron y hoy disfrutan el presente de Matías.

Matías viene poco a San Juan. Estuvo apenas 72 horas entre el final de la Liga Profesional y el arranque de la Copa de la Liga. Pero esos tres días bastaron para que Matías le pidiera a la abuela María sus empanadas: "Llamó el domingo, y el lunes ya estaba acá. Comiendo las empanadas que tanto le gustaron siempre. Aprovechó para traerle regalos a todos, al abuelo y a sus primos Almazán. Fue una visita relámpago pero pudimos disfrutarlo".

Los que lo ven más seguido son sus papás, Daniel y Verónica, más ella que viaja por razones comerciales a Buenos Aires, pero la familia completa siempre trata de acompañarlo, incluyendo a sus dos hermanas. Pero ya nada es igual. El emprendimiento personal del papá Daniel da poco tiempo libre, menos los compromisos laborales de mamá Verónica. Ninguno pudo estar en la nota para contar en primera persona todo lo que les cambió el salto de Matías a la vida de Independiente. Es otra vida, como lo dijo su abuela.

 

A Mendoza

Los Giménez preparan el viaje al Malvinas Argentinas: Héctor, el abuelo, el papá Daniel, el tío Gustavo y el primo Juanjo. Todos apoyando como siempre a Matías, el que les cambió la vida haciendo goles en el Rojo, mañana frente a Estudiantes por Copa Argentina.

 

Costa quedó descartado para mañana

Ayrton Costa, defensor de Independiente, se retiró de la práctica de ayer con una molestia y los estudios confirmaron que sufrió una distensión en el isquiotibial de la pierna izquierda, por lo que quedó descartado para enfrentar mañana a Estudiantes por la Copa Argentina. El futbolista había abandonado la práctica por un dolor en la zona del isquiotibial, y en un primer momento se temía que fuese un desgarro.

Sin embargo, los estudios posteriores de ayer determinaron que Costa solamente sufrió una distensión en esa zona de su pierna izquierda. Esto lo dejará fuera del partido contra el Pincha, por los octavos de final de la Copa Argentina, que se jugará mañana.

De todos modos, la buena noticia para el defensor, y también para el técnico Carlos Tevez, fue que, al no ser un desgarro, tiene posibilidades de jugar nuevamente cuando se reanude la Copa de la Liga Profesional justo en un partido clave en la lucha por escaparle al descenso ante Huracán.