Una alimentación alta en grasas y baja en minerales y vitaminas durante el embarazo determina el nacimiento de bebés de peso más bajo que los de aquellas que consumieron alimentos con mayor valor nutricional, según un estudio noruego que se dio a conocer días atrás. La investigación "Estudio de cohorte de madre e hijo de Noruega", publicada en 2018 en la Revista Europea de Nutrición Clínica, analizó los hábitos alimentarios de 65.904 embarazadas.
"Hoy existe una muy fuerte evidencia de la importancia de la nutrición de la embarazada sobre la salud del neonato. Una de las intervenciones más efectivas para mejorar la salud neonatal y pediátrica es prevenir la desnutrición materna antes y durante el embarazo", afirmó a Télam Gastón Ofman, pediatra, neonatolólogo e investigador de la Fundación Infant.
El especialista agregó que "la gestación y los primeros meses de vida del niño son la base del desarrollo sano del resto de la vida". "La plasticidad neuronal, interacciones con el medio ambiente durante el embarazo y los primeros meses son los que determinan cómo el niño se desarrollará en el jardín de infantes y el colegio, así como son la base de la salud física y mental de la adultez", enfatizó.
Ofman describió que "durante períodos de guerra y hambre, en la segunda guerra mundial, se vio un cambio en el índice de bebés que nacían con muy bajo peso y restricciones de crecimiento por la alimentación insuficiente de sus madres". "Este problema sigue siendo prevalente en muchas áreas pobres de nuestro país y el resto del mundo. Además de la cantidad de alimentos de la embarazada, la calidad también se está entendiendo como otro factor con consecuencias directas para el bebé", aseguró el experto.
Y concluyó: "Las intervenciones nutricionales durante el embarazo son definitivamente un aspecto atractivo del futuro de la investigación médica, que tendrá un alto impacto en la salud del bebé".
Consultada sobre qué debería incluir la dieta de una embarazada para cubrir sus necesidades y las del bebé, la nutricionista Liliana Grimberg señaló que "tiene que asegurar la presencia de los cinco grupos básicos de alimentos", es decir, lácteos, carnes, frutas, verduras y cereales.