Las tres declaraciones como imputado colaborador de Víctor Manzanares, el excontador del matrimonio Kirchner, sumaron datos relativos a sitios donde se guardaba dinero, escribanías, bancos y empresas que habrían participado de maniobras de lavado de dinero, lo que derivará en nuevos pedidos de prueba por parte de la fiscalía del caso cuadernos de las coimas en la obra pública.
Manzanares aportó información que deberá ser corroborada y nuevos nombres de sospechosos, además de datos sobre compras de farmacias, hoteles, inversiones en empresas por parte del matrimonio de Néstor y Cristina Kirchner, y del fallecido exsecretario privado Daniel Muñoz.
En sus declaraciones sostuvo que: -‘Cuando yo caigo detenido, yo no había confeccionado las DDJJ de impuesto a las ganancias de Cristina, Máximo y Florencia. Esa es una de las razones de abandono de Cristina y su familia hacia mí‘. -‘Cuando murió Daniel Muñoz, Cristina me dijo ‘menos mal que se murió’, en un sentido de que parte de los secretos de Néstor y Muñoz están resguardados. -‘No tuve oportunidad de constatar el origen de los fondos que manejaba Muñoz hasta tanto no se dio la experiencia vivida de ir a buscarlo al aeropuerto de Río Gallegos, sabía yo a qué concurría y por ellos ingresaba a la pista de aterrizaje del aeropuerto con el auto de mi propiedad que tenía a esa fecha que era un VW Passat 2.0 que se caracteriza por tener un baúl muy amplio. Ingresado a la pista estacionaba mi auto junto al Tango 01, cuyo piloto era Sergio Velázquez‘. -’En algunas otras oportunidades Muñoz aterrizaba en un hangar a doscientos metros de la pista principal con un avión privado. Una vez aterrizado me acercaban de la bodega del avión o desde arriba de la cabina dos valijas grandes que se colocaban en el baúl de mi auto al cual subía Muñoz. Iniciábamos un trayecto desde el aeropuerto hasta la casa donde vivía la madre del Dr. Kirchner en la calle 25 de Mayo. Llegados a la puerta del domicilio, yo detenía la marcha, Muñoz bajaba, descargaba las valijas donde presumo que había dinero e ingresaba a este domicilio. Algunas veces le era abierta la puerta por alguien de su interior, y otras veces Muñoz poseía las llaves‘ -En otra ocasión Muñoz ‘me pidió encontrarnos. Creo que fue en la calle Teófilo Deloqui. Esa calle, es una calle sin salida, con poco tráfico. Cuando llego a ese lugar, él estaba ya estacionado con Roberto Sosa, quien también había sido secretario de Kirchner. Me pide si le puedo guardar por unos días unos bolsos y mochilas, por razones de seguridad. Según me refiere en el lugar donde estaban guardados esos bolsos alguien había ingresado a robar y por ese motivo me pide que los guarde en un lugar seguro. Empezamos a traspasar los bolsos y mochilas a mi camioneta. Eran entre unos 15 y 20 bolsos y mochilas‘. -‘Yo ingenuamente le pregunto qué es, aunque suponía de qué se trataba, y él me responde ‘plata, Polo’ ¿qué va a ser? Yo quedé asombrado y él me preguntó si quería trabajar con él. Ese trabajo al que me estaba ofreciendo ingresar, que me di cuenta que era ilícito, me tentó. Le dije que si podía pensarlo y el me respondió ‘el tren pasa una sola vez’. Cargué los bolsos y me los llevé a mi casa en un momento en que no había nadie. En ese entonces mi hijo mayor tenía 4 años y el menor era un bebé. Guardé los bolsos y las mochilas en el entretecho de mi casa y los mantuve allí hasta que me los volvió a pedir Daniel‘. -‘Los bolsos tenían candado, Daniel me dio las llaves, pero no estaban las de todos los bolsos. Me dijo que aquellos que no tenían llave, rompa los candados. Había entre 20 y 30 millones de dólares en total, en billetes de dólares y euros. Hay cuestiones en la vida que son obvias para un contador. Sabía que podía estar lavando dinero, pero al día siguiente le contesté que sí, que quería el trabajo‘.También refirió que guardó dinero en una caja de seguridad en el Banco de Santa Cruz que era de su padre. ‘Coloqué lo máximo que pude de los euros, que eran billetes de 500. Esa caja cubrió, estimo, hasta 8 millones expresados en dólares. En esa caja debo haber colocado entre 2 y 3 millones de euros y el resto lo completé con dólares‘. Otra parte del dinero se guardó en un una oficina comprada en Río Gallegos, donde se acondicionó una bóveda’.
Le pidió perdón a todos, hasta a Dios
Víctor Manzanares también dijo creer que la viuda de Daniel Muñoz, Carolina Pochetti, y Carlos Cortez, otro supuesto testaferro, escondieron unos 200 millones de dólares. Además recordó que, cuando murió Néstor Kirchner, ‘el último en llegar a El Calafate fue Daniel Muñoz. ‘-Llevaba consigo las llaves de los tesoros, que eran los lugares donde se guardaba dinero. Daniel me dijo que sintió asco y repugnancia de la cara de la gente que fue a buscarlos al aeropuerto, especialmente la de (Oscar) Sanfelice, por la avidez que mostraban por la llaves‘. -‘Yo creo que entre Carolina Pochetti y Carlos Cortez tienen que haber escondido un físico aproximado de 200 millones de dólares. Creo que por la tranquilidad que algunos pueden mostrar en prisión, el plan es esperar unos años y luego salir a disfrutar, como lo hemos visto en tantas películas de Hollywood de este tipo‘. En el momento casi culminante de sus declaraciones, Manzanares eligió ‘pedir perdón‘. ‘Quiero pedir perdón a mi familia, a mi esposa, a mis hijos, al pueblo de mi ciudad de Río Gallegos, para quien pude haber lucido como una estrella, pero les fallé al ingresar en las tierras de la oscuridad‘. -‘A Dios ya se lo he pedido en muchas oportunidades en Marcos Paz, y con él pude obtener una confesión, a través de un sacerdote, como hacía mucho tiempo no lo había tenido‘, dijo.