Un grupo de jóvenes sentados en el suelo y ocupando los bancos de la plaza como si fueran una mesa, otros durmiendo la siesta luego de haber almorzado, como si estuvieran en un picnic, y algunos de pie comiéndose un sánguche, son algunas de las postales que se ven todos los mediodías en la plaza Hipólito Yrigoyen, más conocida como la Plaza de la Joroba, en Capital. Es que este espacio verde se convirtió en el punto de encuentro de cientos de estudiantes secundarios que tienen doble turno y no les da tiempo de ir y volver de sus casas.
Pocos minutos después de las 12, a diario esta plaza comienza a tomar color. Poco a poco, los jóvenes empiezan a ocupar los diferentes espacios. Hay algunos que prefieren sentarse en los bancos y otros, que son la mayoría, se sientan en el pasto, ya sea bajo el sol o a la sombra.
Así, antes de las 13, la plaza está casi llena de jóvenes que comparten sus almuerzos, se sacan fotos, juegan a la pelota y hasta a las cartas para hacer tiempo. Es que, según lo que contaron, tienen entre 1 y 2 horas sin actividad escolar y prefieren la plaza antes que el patio o comedor de las escuelas. Es que dicen que les gusta estar al aire libre, se sienten más cómodos y hasta se pueden recostar para descansar un rato. Es por esto que muchos hasta llevan lonitas para poder estar "tirados" más cómodamente.
En la plaza los almuerzos son muy variados y hay algunos que hasta llevan el mate para tomar después de comer. "La mayoría de los días traemos comida de nuestras casas, caso contrario es un gran presupuesto el que necesitamos para comprar almuerzo a diario", dijo Emilse Luna, una joven que es estudiante de la escuela Boero, mientras que su compañera Juana Carrizo agregó que como mínimo necesitan $500 diarios para almorzar. "Pero muchas veces con esa plata no compramos nada que nos llene como para aguantar toda la tarde", agregó una estudiante de la escuela Liceo Paula Albarracín de Sarmiento.
"Hay veces que hay más chicos, porque depende de los días que hay Educación Física. Además, está bueno venir acá, porque es como que ya tenemos nuestros lugares favoritos de la plaza para hacer los picnic", agregó Luciano Bustamante, del Colegio Nacional Pablo Cabrera. Mientras que otros estudiantes comentaron que en la plaza se reúnen, en ocasiones, con chicos de otras escuelas y que gracias a esos encuentros hicieron grandes amigos. "Es como que todos nos conocemos, sabemos a qué escuela va cada uno y es muy curioso porque algunos llevamos muchos años viéndonos en esta plaza", concluyó Paola Usín, una estudiante del Colegio Del Tránsito Nuestra Señora.
Con mate de por medio
Carla Chávez, Josefina Sánchez y Lucía Brizuela son estudiantes del Liceo Paula de Sarmiento. Contaron que al menos 3 veces por semana almuerzan en la plaza y que siempre llevan el mate.
Entre juegos y charlas
Wanda Maza, Emiliano Céspedes y Santiago Lohy son compañeros de la escuela Boero. Con las carpetas, las camperas y el infaltable mazo de cartas almuerzan casi todos los días en la plaza.
En grupo y con lo de casa
Lautaro Pastrán, Evelin Díaz, Melina Reyes, Ludmila Bustos, Marcos González y Anahí Díaz contaron que la mayoría de las veces llevan comida de sus casas para ahorrar dinero.
Comensales de los viernes
Ana Paula Moreira, Pilar Luna y Martina Luján son estudiantes del Colegio El Tránsito. Comentaron que ellas sólo almuerzan los viernes en la plaza porque es el día que tienen doble turno.