Lo importante para una persona podrá variar según el criterio de cada individuo

Para cuantificar las cosas verdaderamente importantes en la vida de una persona, las cuales variarán según el criterio de cada individuo, bastará con los dedos de una mano. Quizás alguien de desmesurado discernimiento precise, como mucho, de los dedos de ambas manos. Esta capacidad de comprender y distinguir sobre qué es lo realmente importante en la vida de cada persona, no siempre evoluciona en relación lineal con los conocimientos adquiridos o información incorporada, por lo que no debe extrañarse si alguna vez se encuentra con que alguna humilde anciana de algún pequeño pueblo perdido en el mapa cuenta con una mejor apreciación y un juicio de mayor sensatez sobre las priorizaciones (ya sea en tiempo o en orden) que algún distinguido científico o prestigioso letrado. Tal vez ella le hable de cuestiones como la libertad o el amor, y ellos le propongan argumentos y consideraciones más "técnicas" de la vida.

Allá por el otoño de 1945, en Uno y el Universo, Sábato se preguntaba ¿Qué se puede hacer en ochenta años?: "Probablemente, empezar a darse cuenta de cómo habría que vivir y cuáles son las tres o cuatro cosas que valen la pena. Un programa honesto requiere ochocientos años. Luego concluía "Y al cabo de los ochocientos años quizá se empezase a saber cómo habría que vivir y cuáles son las tres o cuatro cosas que valen la pena. Un programa honesto requiere ocho mil años. Etcétera".

Por suerte, de vez en cuando uno tiene la suerte de cruzarse con gente de maravilloso criterio que distinguen con notable claridad -y en mucho menor tiempo al propuesto por el brillante Ernesto- cuáles son esas pocas cosas que valen la pena en la vida.

Una vez que se cuenta con esto definido, todas las demás cosas tendrán sentido solo como herramientas o medios para alcanzar, desarrollar, atender o disfrutar aquellos otros pocos asuntos de verdadero valor y trascendencia. Una vez que se cuenta con esto definido, no habrá falta de tiempo para ello, cuando algo o alguien está dentro de nuestras prioridades, se nota.

Por Guillermo Appendino
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Argentina