En el marco del Festival Plataforma Futuro, el secretario de Cultura y Creatividad que depende del Ministerio de Cultura de la Nación, Enrique Avogrado, visitó la ciudad para presenciar las actividades, conferencias y exposiciones de dicho encuentro. Licenciado en Estudios Internacionales (egresado de la Universidad Di Tella) y especializado en lo que se conoce como "economía creativa" y promotor de la "cultura emprendedora", vinculando arte y tecnología con la innovación, el funcionario explicó los lineamientos en materia de política cultural para las provincias, incluyendo a San Juan. 

 

 
 – Apuestan a la difusión de actividades performáticas y a la experimentación de disciplinas emergentes…  

– Plataforma Futuro es un programa que está orientado a estimular la creatividad artística en el país, pensado de manera federal. Hay una gran inversión financiera detrás. Y tenemos el foco puesto en lo multidisciplinario. Apoyamos el cruce de géneros y lenguajes, apuntando a la ruptura de la idea del artista como un genio solitario; la colaboración colectiva para la creación. Es parte de la política cultural pública que el Ministerio no sea un productor de eventos, que llegue a una ciudad, presenta un show y se va. Es un concurso de gran convocatoria en el país, con 90 seleccionados que tuvieron un aporte económico para la producción de las obras que presentaron.  

 
 – ¿Por qué San Juan para aplicarlo?  

– Porque tenemos una buena relación con el gobierno sanjuanino, la provincia tiene una infraestructura y equipamiento notables. Está el Teatro del Bicentenario, el Centro Conte Grand, la Estación San Martín y el Museo Franklin. San Juan tiene una escena de arte contemporáneo muchas veces invisible, que creemos que vale la pena poner en valor. San Juan es cabecera de la región de Cuyo en una instancia donde parte de la obra se muestra y se encuentra con el público y el artista. Argentina es un país infinitamente potente, en términos de creación artística contemporánea. La selección de artistas que hicimos en la plataforma es una muestra cabal de ello. 

 
 – En cuanto al contenido, ¿qué comunican, qué transmiten estos artistas?  

– Pasa que hay una vieja discusión sobre si el arte se debe explicar o no. Hay un momento de emoción frente a la obra que es personal, pero Plataforma tiene un soporte documental conceptual que acompaña a todo el programa. En cuanto a las muestras, hay curadurías que explican la técnica y el concepto que permita entender el proceso y lo que el artista quiso decir. Se ha abandonado la figuración del siglo XIX y ahora, se tiene una función social importante. Por ejemplo, en la muestra La Permanente, de Mendoza, en la que se analizó a un barrio de Guaymallén, por la notable densidad de peluquerías que existen allí, se planteó un mapa con todas las posibles interacciones que suceden en el lugar. Eso me hizo pensar que hay tantas ciudades como miradas que existen en ellas, el ciudadano no tiene tiempo para pararse y pensarlo. El cruce de la economía, la creatividad y lo urbano me interesa y me hace poner en crisis mi propia mirada. Pero los artistas tienen más para decir, de lo que yo puedo hacer, que finalmente soy un burócrata de todo esto. 

  – ¿Por qué sostienen la interacción de las artes con la figura del emprendedor?  

– Tenemos un enfoque muy claro apuntando a esto, porque en la innovación de ideas, queremos que en las comunidades surjan las soluciones y no se construyan partes del problema. No vamos a inventar la rueda, pero queremos corrernos de la lógica que la cultura es sólo espectáculo. La cultura es un gran factor de desarrollo e inclusión, queremos enseñar a pescar y no dar el pescado. Hay que creer en nosotros mismos y que el Estado acompañe en las oportunidades, oriente, pero que no las genere, sino que los propios artistas lo hagan, sean emprendedores.  

 
 – ¿Pero cómo resolverlo en provincias que no tienen las mismas ventajas que San Juan?  

– Creemos que el diálogo y la apuesta a lo local es el camino. Queremos tener presencia en todo el país, pusimos en marcha, ya que estaba dormido, el Consejo Federal de Cultura y los foros federales con los funcionarios provinciales y municipales, para que pensemos entre todos una política cultural para las regiones.

La solución no va a venir de afuera si me dan plata para hacer un teatro y que funcione por arte de magia. Lamentablemente, en el país se construyeron muchos espacios culturales sin pensar qué se va hacer en ese lugar. Hoy son más un SUM (salón de usos múltiples) donde pasa cualquier cosa, menos contenidos culturales. Creemos en el concepto de cultura pública no estatal, que se genera de todos aquellos que están al margen del Estado. En Argentina corremos el riesgo en pensar que el Estado es el único proveedor de cultura, porque en la independencia de los artistas, hay un reservorio social muy importante. El Estado debe garantizar esa independencia.  

 
 – ¿Qué va a pasar con la Ley Federal de las Culturas? ¿Seguirá durmiendo en el Congreso?  

– Es un proyecto de ley que lo leí y tengo mis observaciones respecto de sus contenidos. Estamos abiertos a todo lo que tenga que ver con fortalecer el campo cultural, hay que ver si son efectivas las herramientas. También tenemos un proyecto de ley de desarrollo cultural que crea un sistema nacional de mecenazgo.

Lamentablemente, el Congreso está paralizado y no tenemos forma de destrabarlo. En Argentina los años electorales son años perdidos. Siempre daremos espacio al debate, ese proyecto lo vemos con buenos ojos que lo haya presentado el Frente para la Victoria, pero hasta ahora no recibimos invitación y esperamos que nos convoquen a discutirlo. 

  – ¿En qué consistirá este sistema de mecenazgo?  

– El desarrollo cultural viene de la mano del presupuesto público y de la responsabilidad de la inversión privada de las empresas a la actividad cultural a los artistas en sus proyectos. Todas las fuerzas vivas deben acompañar, esto pasa en Ciudad de Buenos Aires y es uno de los casos exitosos, como en Chaco, Corrientes y Provincia de Buenos Aires. Hay otro proyecto en Salta. Las empresas son un músculo importante que tienen un fin social, además de la de generar empleo y pueden ser socios estratégicos para la protección de patrimonios, que requieren inversiones importantes, que son muy fuertes y transparentes, como en el caso de Brasil.  

 
 – Es criticado por dar la posibilidad a la privatización del acceso a los bienes culturales…  

– No lo vemos así, con malos ojos. Los privados pueden participar en la medida que esté reglamentado. No somos el único espacio político que tiene esta propuesta de mecenazgo, hay un nivel de consenso importante y no hay que tener miedo a debatirlo. Hay que ver más allá de la etiqueta. No está mal que las empresas inviertan en cultura, lo que estaría mal es que aumente la inversión privada y disminuya la inversión pública, esto no es lo que queremos y hay que tener cuidado. Queremos expandir el presupuesto público y que el sector privado acompañe. Somos buenos, si nos controlamos, seremos mejores. Tampoco queremos ser los dueños de la pelota. Creemos que si salimos todos en la foto, podemos generar algo más potente, sin mezquindades. 

  
– El Ballet Nacional de Danza se encuentra paralizado. ¿Se está trabajando en su reactivación?  

– Es un proyecto que nació en el Ministerio de Desarrollo Social y fue creado por Iñaki Urlezaga. A principio de este año, la ministra Stanley y Avelluto acordaron que el Ballet pase a la órbita del Ministerio de Cultura, pero el problema que tenemos es que no existe ningún vínculo formal con el ballet e insume un enorme presupuesto para sostenerlo, lamentablemente. Para evitar manejos poco transparentes que hubo en el pasado en este tipo de proyectos, estamos avanzando en la redacción de un nuevo convenio, estamos logrando que se haga rápido y somos optimistas que tendrá un apoyo económico, pero no podemos pasar por encima de la ley. No puedo abrir el cajón y darles plata directamente.  
 

 

 

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