Una muerte siempre es dolorosa, más si se trata de un ícono mundial como Maradona. Pero en la otra cara de la moneda de la tristeza y la idolatría, hay una gigantesca herencia. Es una lista de bienes y contratos acordes con su leyenda. Y su fallecimiento dará inicio a una puja que tendrá como protagonistas principales a sus cinco hijos reconocidos: Dalma, Gianinna, Diego Jr., Dieguito Fernando y Jana. Todos ellos son herederos naturales del patrimonio del Diez.

Ya hace años que la salud de Maradona empezó a sentir los impactos de su vida de excesos, y los fantasmas de su muerte empezaron a deambular con cada vez más frecuencia. Su herencia empezó también a aparecer en escena, y en noviembre del año pasado, el propio Diego publicó un explosivo video en Instagram con una particular promesa: dejó a Dalma y Gianinna, las hijas que tuvo junto con Claudia Villafañe, afuera de su herencia, y prometió donar todos sus bienes.

Esa afirmación provocó un estallido bélico en la intimidad de la familia, porque su patrimonio está compuesto por bienes, contratos e inversiones de gran valor, algunas en Argentina y el exterior. De todos modos, la ley protege a los herederos forzosos (ascendientes, descendientes o cónyuge), quienes tienen derecho a recibir siempre una porción de los bienes del difunto: se denomina "porción legítima". En el caso de los hijos está fijada en las dos terceras partes de los bienes.

En Cuba, Maradona tiene actualmente varios juicios de filiación por posibles hijos suyos.

En su tierra natal, Maradona tiene la mítica propiedad de Segurola y Habana, y además un departamento extra. También cuenta con otra propiedad más moderna en Puerto Madero. Además está la casa de Rocío Oliva y su familia en Bella Vista, adquirida por él y posteriormente cedida a su expareja. Tanto la casa en el barrio cerrado Campo de Roca, en Brandsen, como la del Tigre, donde murió, son alquiladas.

Maradona poseía cuatro automóviles en la Argentina, pero también le quedaron dos muy costosos en Dubái: un Rolls Royce Ghost, valuado en 300.000 euros, y un BMW i8, tasado en 145.000. A ninguno de los dos los llegó a vender antes de la disputa de la Copa Mundial de la FIFA de Rusia 2018, cuando dejó Dubái. "En esa época recibió muchos regalos costosísimos; habría que valuar uno por uno", explicaron desde el círculo íntimo del Diez.

Su lista de bienes se extiende hasta Bielorrusia, donde tuvo una fugaz experiencia como presidente honorario del Dínamo Brest. Ahí le regalaron un anillo de brillantes valorado en 300.000 euros, que se transformó en una de las cábalas en su paso por Gimnasia. También le obsequiaron una camioneta de lujo Overcomer Hunta, con chasis de fibra de vidrio y tanque de combustible de 100 litros. Ese activo está en Brest, donde a pesar de que Diego no ejerció su función, conservaron su obsequio. Aunque Diego hizo mucho dinero durante su época de jugador, sus ingresos se multiplicaron también cuando el abogado Matías Morla se convirtió en su apoderado. Fue en esta última etapa que el ex astro argentino firmó algunos contratos jugosos: con Konami (por el PES), con una marca de indumentaria deportiva, tiene escuelas de fútbol que llevan su nombre en China, posee inversiones en Cuba (entre ellas, un hotel) y también en Italia, donde el nexo con sus negocios es Stefano Ceci, un fanático que viajó al Caribe para conocerlo y terminó transformándose en una persona vital de su círculo íntimo.

 

Su deseo peculiar

El mismo día del velorio y posterior entierro de Maradona, se volvió sobre un tema muy especial: la idea del Pelusa de ser embalsamado al fallecer. Dicen desde su entorno que la charla se dio hará medio año y de manera informal con su abogado y amigo, Matías Morla. "No me gustan las estatuas, porque muchas veces no se parecen en nada al jugador. Yo quiero que me embalsamen, así la gente me saluda a mí: quiero estar yo ahí cuando la gente me vaya a saludar", remarcó el Diez. En ese momento, Morla le subrayó que para poder cumplir su deseo debía hacerlo ante un escribano público, algo que se hizo en su momento. Pero siempre en estos casos la última decisión la tienen sus herederos, quienes ayer dejaron en claro que no estaban de acuerdo con ese "supuesto pedido" del excapitán. De hecho, la mala relación entre Morla y las hijas de Maradona, Dalma y Gianinna, seguramente inclinaron la balanza para enterrarlo en Bellavista. De hecho, el letrado no estuvo presente ni en el velorio y tampoco en el entierro.