Bajo un estricto protocolo, los campings y clubes sociales abrieron sus puertas ayer y en ese primer día de actividad, la convocatoria fue paulatina, los clubes visitados por este medio estuvieron lejos de completar el cupo habilitado. El retorno se dio tras un mes y medio, después de que debieran cerrar sus puertas cuando San Juan retornó a Fase 1 el 21 de agosto.

En la recorrida de DIARIO DE CUYO ayer se pudo notar la enorme responsabilidad de los socios que acudieron a los clubes buscando pasar un día diferente. Entre las medidas que rige el protocolo, los clubes pueden permitir el 30% de su capacidad, los socios deben pedir turno primero a la institución y después sacar el permiso correspondiente en la página de la Secretaría de Deportes. Los grupos que no deben exceder las 8 personas tienen que mantenerse en las "burbujas" y colocarse tapaboca para trasladarse dentro del predio.

Por los niños. Tres parejas amigas dijeron que necesitaban que los clubes abrieran sus puertas para que los chicos pudieran entretenerse.

 

En la UVT en la jornada de ayer recibieron a unas 15 familias, según Juan Carlos Morales, encargado del lugar. Allí cuentan con 30 parrilleros habilitados y 20 sectores de "espacio verde" que están delimitados con cintas. Las familias Bueno, Maldonado y Sirera se mostraron aliviadas de poder compartir un asado entre amigos en esa institución de Trinidad. Un poco más allá, cuatro parejas amigas aprovecharon para degustar pollo al disco, fueron los Gómez, Araujo, Ventrice y Gomila. "Apenas nos enteramos el domingo por la noche que abrían ahí no más nos preparamos para pasar todo el feriado acá en el club", comentó Claudia Zevallos, quien asistió a la UVT junto a su hija Giovana Zaval y su nieta Catalina. "Ahora esperamos que se habiliten las piletas, hay que aprender a convivir con esta situación", comentó Giovana quien dijo que hicieron un enorme sacrificio para mantener su cuota al día aún con el club a puertas cerradas.

En Banco Hispano la situación fue similar. Fueron cerca de 30 familias quienes acudieron a pasar el feriado en un ambiente distinto. "Necesitábamos esto por los chicos más que nada. Ellos están encerrados sin poder hacer nada y poder venir acá y tener un espacio para entretenerse les hace muy bien", comentó Alejandro Más. "Estabamos desesperados y esperando ansiosos con que el club abriera sus puertas.Tenemos una nena, Zoe, de 7 añitos que estaba aburrida, no es lo mismo venir acá que ir a una plaza", comentó Luciano Ontiveros quien fue en compañía de su esposa Maira y la pequeña Lola de 8 meses. Allí en Banco Hispano, la cantidad de familias que asistieron no varió demasiado con las que acostumbraban a asistir antes del retorno a Fase 1, lo que deja a la vista que el temor al coronavirus todavía resiste en mucha gente.

Tomar sol. Esperando por la habilitación de las piletas, Claudia Zeballos junto
a su hija Giovana y su nieta Cata, aprovecharon para tomar sol.

 

Muchos de baja

Para la escasa convocatoria en los clubes, mucho tuvo que ver que los socios no se encuentran al día con las cuotas. La difícil situación económica y los clubes cerrados, influyeron para que muchos se dieran de baja.

Estricto

El protocolo es estricto y la gente lo respeta. Los sanitarios, duchas y vestuarios no se pueden utilizar, tampoco los sectores de juegos para chicos. Los pequeños deben jugar en espacios designados para tal fin.