En una sesión especial, con debate caliente y protestas frente al Congreso, el oficialista Frente de Todos se disponía anoche, al cierre de esta edición, a darle media sanción a la polémica reforma judicial con votos propios. La principal fuerza de la oposición, Juntos por el Cambio, ya había avisado que no acompañaría el proyecto porque ven detrás un intento de "lograr impunidad" en casos de presunta corrupción que acumula la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

Esto porque el eje de a reforma solo apunta a dividir el poder de los tribunales federales de Comodoro Py que sólo atiende causas como el narcotráfico, la trata de personas, la corrupción, terrorismo, etc, es decir, causas en las que, por lo general, no involucra a la gente común.

Pero el rechazo de buena parte de la sociedad, que desafió la cuarentena para protestar frente al Congreso como la lo hizo en todo el país el 17 de agosto, ni la falta de apoyo de legisladores de la principal fuerza de la oposición, pudieron frenar el avance de la ley en el Congreso.

Banderazo cívico. Un centenar de personas se congregó en un abrazo simbólico al palacio del Congreso ayer para expresar su rechazo a la reforma. Fue una manifestación pacífica.

 

El Frente de Todos tiene mayoría propia "quórum" para abrir una sesión y los votos para aprobar cualquier iniciativa, por eso, era casi un hecho consumado que a medianoche o entrada la madrugada el proyecto sería aprobado sin sobresaltos y girado a Diputados.

La mayoría de los discursos de los senadores del FdT aseguró que la reforma está orientada "a garantizar la independencia de los jueces" y apuntó al gobierno de Mauricio Macri, al que acusó de haber montado "una persecución judicial" contra la expresidente y miembros de sus administraciones.

"Esto es un engranaje más en todo un plan estratégico para avanzar en manejar la Justicia Federal penal y avanzar hacia un sesgo de impunidad para quienes formaron parte de un determinado gobierno", afirmó la senadora Laura Rodríguez Machado, de Juntos por el Cambio.

El senador Esteban Bullrich, del mismo bloque, aseveró que "hasta ahora la corrupción era un modo ilegal de hacer negocios legales, pero ahora, si este proyecto avanza, esta corrupción va a ser capaz de construir herramientas legales que permitan que el crimen organizado pueda funcionar sin ningún problema".

El denominado proyecto de ley de Organización de la Justicia Federal prevé la creación de nuevos juzgados federales, que actualmente son sólo doce. Además, entre otros puntos, establece la unificación de algunos fueros judiciales federales y la transferencia de juzgados ordinarios a la ciudad de Buenos Aires.

Rodríguez Machado calificó al proyecto como un "festival de cargos" judicial a crear (908) y aseguró que las causas en curso podrían, mediante diversas maniobras, ser traspasadas a otros jueces, una acusación rechazada por el oficialismo.

"Ninguna causa va a ser sacada de los jueces naturales, todas las causas van a seguir siendo investigadas por los jueces que ya las están instruyendo", aseguró la senadora oficialista María de los Ángeles Sacnum.

Al negar que haya un intento de lograr impunidad, Sacnum afirmó que, por el contrario, en el Gobierno de Macri sí hubo "esquema para perseguir opositores" en una verdadera "guerra jurídica" con el "armado de causas" judiciales en contra de opositores políticos.

La propia CFK dijo el martes que el Gobierno de Macri realizó una reforma judicial "de facto" en los tribunales federales de Buenos Aires "con el oscuro objetivo de perseguir y encarcelar opositores políticos y empresarios".

El debate, del que participan 64 senadores en forma virtual y cuatro en el recinto junto a la titular del Senado, Cristina Kirchner, fue seguido durante la tarde desde las inmediaciones del Palacio Legislativo por manifestantes que se oponen a la aprobación del proyecto.

 

Banderas y pancartas. Los argentinos expresaron su rechazo a la reforma judicial con banderas y pancartas.

 

  • Otro día de protestas cerca del Congreso

Manifestantes con banderas argentinas y pancartas volvieron a manifestarse ayer en la Plaza Congreso contra la reforma judicial.

Los participantes de la protesta se congregaron mayormente sobre la Avenida Entre Ríos, frente al edificio del Congreso, mientras otros se juntaron en la Avenida Rivadavia.

La convocatoria fue realizada a través de las redes sociales con el #26AAcampeEnElCongreso, tal como ocurrió el 17 de agosto, cuando la protesta tuvo epicentro en el Obelisco.

Con el llamado a "abrazar" la sede del Poder Legislativo, en rechazo a la aprobación de la reforma judicial, los primeros manifestantes se hicieron presentes el pasado miércoles 26 en las cercanías del Congreso y algunos de ellos hicieron una vigilia durante la noche. La movilización continuó ayer durante la tarde, cuando la Cámara Alta inició el tratamiento del proyecto en el recinto.

La vigilia fue sin carpa, ya que el miércoles por la tarde efectivos de la Policía Metropolitana impidieron su instalación cuando un grupo de personas se disponía a hacerlo.

Tanto el miércoles como ayer, frente al Congreso se pudieron ver desplegadas banderas vinculadas a distintas agrupaciones.

Télam