En medio de su presentación en el Senado por el proyecto de legalización del aborto, el médico Abel Albino realizó una exposición que generó polémica y críticas: aseguró que los preservativos no protegen contra el HIV ya que el virus “atraviesa la porcelana".
“El profiláctico no la protege de nada. El virus del sida atraviesa la porcelana. Es 500 veces más chico que el espermatozoide. Entonces, el profiláctico no sirve absolutamente porque falla en un 30% de las veces del embarazo. Imagínense lo que puede pasar en el sida”, dijo el fundador de Conin en Argentina.
Mientras muchos calificaron sus dichos de “atrasados”, salió a la luz la fuente de sus declaraciones. Justamente, lo expuesto por Albino se fundamenta en estudios finales de 1800 en los que se comprobó que los virus atravesaban la porcelana porosa.
En 1884, el médico y bacteriólogo Charles Chamberland fabricó un filtro poroso de porcelana que eliminaba las bacterias productoras de la fiebre tifoidea. Sin darse cuenta Chamberland fue uno de los grandes precursores de los estudios virológicos, ya que esos filtros podían servir para la esterilización bacteriana de los líquidos de cultivo sin el uso del calor, pero no sabía, como era de suponer, que los virus no eran retenidos en ellos.
Desde la Fundación Huésped, también explicaron y refutaron los dichos de Albino. “Entre las barbaridades que hemos escuchado de la exposición del Dr. Abel Albino en las audiencias del Senado hay una que merece una aclaración particular. El Dr. Albino afirmó que el profiláctico no protege de nada, porque el virus del SIDA atraviesa la porcelana. La elección del material porcelana como contraposición al látex de los preservativos no es inocente y tiene por objeto generar miedo en la población”, informaron en un comunicado.
“En efecto, los virus fueron descubiertos en 1899 como agentes infecciosos que, a diferencia de las bacterias, pasaban de largo por filtros porosos de porcelana no esmaltada. Los poros de esos filtros son lo suficientemente grandes como para que pase el agua, lo que en ella esté disuelto y los virus, pero demasiado pequeños como para que pase una bacteria, un hongo o un protozoario. El látex es impermeable, no tiene poros como la porcelana no esmaltada. A menos que se rompa, el preservativo es seguro”, agregaron.
“Además los virus, como el HIV, son parásitos obligados intracelulares. En este sentido, las células infectadas con virus HIV que podrían ser causa de una transmisión son tan grandes que no pasan los filtros de porcelana y, por supuesto, tampoco atraviesan el impermeable látex. Los legisladores deben distinguir entre la ciencia y la pseudociencia, entre el rigor y la ignorancia”, remataron Alberto Kornblihtt y Pedro Cahn.