La suba en la tasa de interés de referencia de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed, en la jerga financiera) no acarrea un riesgo inminente para la economía argentina, pero es un nuevo recordatorio de que la era del dinero barato es parte del pasado, y el costo del financiamiento externo, aún históricamente bajo, ha comenzado a subir.
Tres analistas argentinos de Wall Street que siguen de cerca la realidad del país, la región y los mercados emergentes coincidieron en señalar a LA NACION que el giro de la Fed, ahora, más dura tras su larga lucha por sacar a la primera economía global de la Gran Depresión que dejó la crisis financiera global -o más "hawkish", en la jerga- no conllevan un cambio de escenario para el país.
Pero, a la vez, advierten que el nuevo entorno deja al país un poco más expuesto que sus pares a los vaivenes globales -algo que, de por sí, ya ocurre-, y le imponen una mayor disciplina.El giro de la Fed viene acompañado de dos noticias positivas para países como la Argentina: los inversores ahora están más optimistas respecto de los mercados emergentes, y lo demuestran comprando deuda como no lo hacían desde hace años, y el mundo, por primera vez en mucho tiempo, crece, y crece "en sincronía", en palabras de un analista: crecen Estados Unidos, Europa y China, y los mercados emergentes.
"No vemos hasta ahora una dramática reducción de los flujos de inversiones hacia los países emergentes", afirmó Pilar Tavella, economista de Barclays. "Sin embargo, el nuevo escenario de tasas ya ha tenido el claro impacto de aumentar el costo de financiamiento para la Argentina en los mercados internacionales, aunque sigue en niveles históricamente bajos", matizó.
"En pocas palabras, el aumento de tasas no implica un riesgo mayúsculo para Argentina, pero sí impone mayor disciplina", concluyó.
Daniel Chodos, analista para América latina del banco de inversión Credit Suisse, señaló que el optimismo de los inversores respecto de los mercados emergentes quedó reflejado en el fuerte aumento en los ingresos de capital para deuda que hubo en los primeros meses de este año, antes de que la Fed endureciera un poco su lenguaje. El mercado, agregó, sigue pensando que la Fed subirá tasas "muy lentamente" y, por lo tanto, el dólar no se va a fortalecer mucho respecto de las monedas emergentes. Entre ellas, el peso.
"Hay cosas más importantes que te afectan la inversión en la economía real", afirmó Chodos. "La gente que toma esas decisiones de inversión mira más allá de la suba que pueda hacer la Fed en el corto plazo. Para estas inversiones de más largo plazo son más importantes las elecciones este año en la Argentina. Eso te va a afectar mucho más la inversión extranjera directa", agregó.
Todos recordaron que el gobierno nacional ya parece haber cubierto todas las necesidades financieras en el exterior y sólo restan las emisiones de deuda local. Pero el "gradualismo", la estrategia elegida por el presidente Mauricio Macri y su equipo económico para cerrar la brecha fiscal y preservar la reactivación, obliga a seguir buscando fondos en el exterior los próximos años.
Alejo Czerwonko, estratega del Chief Investment Office del banco de inversión, UBS, recordó que la Argentina, o cualquier país que tiene déficit gemelos -es decir, déficit fiscal y déficit en la cuenta corriente- y, por ende, necesita fondeo externo está "expuesto a cambios en las condiciones de financiamiento global". "Las necesidades de financiamiento externo parecería que están cubiertas este año, pero es un problema recurrente. Como país, estás más expuesto que el promedio a lo que pueda pasar en este proceso de normalización monetaria de la Fed", afirmó Czerwonko.
Fuente: La Nación