La sequía provocada por la falta de lluvias o deshielos en la zona cordillerana sumado al descuido humano está ocasionando cada vez, con mayor frecuencia, devastadores incendios forestales y de la flora autóctona, que hacen que la aridez avance irremediablemente. Durante 2020 y en lo que va de este año los mayores incendios han sido localizados en el centro y norte del país, sin desconocer que hubo focos muy importantes en la zona del Delta del Paraná y, en estos últimos días, en inmediaciones de El Bolsón, provincia de Río Negro, donde por un descuido de unos acampantes se han quemado más de 10.000 hectáreas de bosque.
Está comprobado que la mayoría de los incendios que se vienen produciendo en los últimos años en el territorio nacional fueron iniciados por la acción humana, ya sea de modo intencional o por negligencia, y que es la sequía que afecta en menor o mayor medida a todo el país, la que facilita que el fuego avance.
Se ha determinado que el uso del fuego por parte de personas que no están debidamente entrenadas o que desconocen su comportamiento y características, representa el mayor riesgo de estos incendios que están destruyendo miles de hectáreas de bosques, vegetación baja como la que hay en las serranías sanjuaninas, flora y fauna autóctona y viviendas de los lugareños, como ocurrió hace unos meses en las Sierras de Córdoba donde numerosas familias tuvieron que ser evacuadas.
Si bien en la provincia de San Juan no se han producido grandes incendios forestales en los últimos años, sí hubo algunos siniestros de magnitud que afectaron plantaciones y viviendas en la zona de Médano de Oro, donde es habitual la quema de matorrales como una forma de limpiar zonas linderas a fincas o instalaciones de diversos tipo. Terminar con ese hábito, al igual que con la costumbre de dejar encendido fuego en cualquier parte es lo que puede evitar el origen de los incendios y los costosos operativos que demandan, muchos de ellos realizados precariamente sin los instrumentos o técnicas apropiadas para su extinción.
En las estribaciones de los cerros que circundan la ciudad de San Juan como también en las inmediaciones del Cerro Pie de Palo, entre San Martín y Caucete, suelen observarse columnas de humo que denotan la existencia de fuego dejado peligrosamente. Controlar esta actividad es tarea de los organismos oficiales dependientes del área de Ambiente de la provincia, como también de la Policía Ecológica y todas las reparticiones que deben velar por evitar que el fuego consuma las poca vegetación que está subsistiendo en nuestro territorio provincial.
