
La Iglesia Católica, el 1 de enero de cada año celebra la Solemnidad de la Virgen María "Madre de Dios". En ese sentido, la historia dice que en el siglo III los cristianos de Egipto se dirigían a María con el nombre de la "Madre de Dios" (Theotokos). En el siglo IV, el término Theotokos ya se usaba tanto en Oriente como en Occidente. La piedad y la teología se referían cada vez más a menudo a ese término, que ya había entrado a formar parte del patrimonio de fe de la Iglesia.
Este dogma de fe comenzó con una fuerte discusión, no sobre la persona de María, sino sobre la naturaleza de Jesús. Tan importante fue esta cuestión que dio lugar a una herejía, la cual fue llamada "nestorianismo", en virtud de su sostenedor, Nestorio de Constantinopla.
"La expresión ‘Madre de Dios’ nos dirige al Verbo de Dios, que en la Encarnación asumió la humildad de la condición humana para elevar al hombre a la filiación divina".
Discusión sobre Jesús
La discusión en el siglo V entre el obispo Nestorio de Constantinopla y el obispo Cirilo de Alejandría se centró, como ya dijimos, en la persona de Jesucristo: ¿hasta qué punto Jesús es humano? ¿en qué medida es divino? ¿en qué medida y cómo su humanidad y su divinidad están unidas? ¿cristo tiene dos naturalezas? ¿Jesucristo es a la vez plenamente humano y plenamente divino?
Cirilo sostenía: si Jesús fuese sólo humano, la encarnación, la Palabra de Dios hecha carne, carecería de sentido. Cristo es hombre y Dios al mismo tiempo. Él tiene dos naturalezas en la unidad de una persona (Hypostasis). Enfatizaba la unidad de Cristo y su divinidad, sostenía que Cristo "era al mismo tiempo Dios y hombre", y sin "ninguna mezcla o fusión". Nestorio, por su parte, negaba que Jesús es Dios.
Esto condujo a un debate sobre la concepción de la unidad de las naturalezas divina y humana de Cristo.
La palabra "Theotokos" literalmente significa "La que ha engendrado a Dios". Esto puede suscitar la pregunta: ¿cómo es posible que una criatura humana engendre a Dios? La respuesta de la Iglesia es: la maternidad divina de María se refiere sólo a la generación humana del Hijo de Dios y no a su generación divina. El Hijo de Dios fue engendrado desde siempre por Dios Padre y es consustancial con él. En esa generación eterna -divina- María no intervino. Así, al proclamar a María "Madre de Dios", la Iglesia afirma que ella es la "Madre del Verbo encarnado, que es Dios".
Proclamación de María
La discusión entre Nestorio y Cirilo encontró su solución en el Concilio de Efeso en el año 431, pues allí se proclamó solemnemente a María "Madre de Dios". Con La definición de la maternidad divina de María, los padres conciliares querían poner de relieve su fe en la divinidad de Cristo.
El pueblo de Efeso, al escuchar la noticia de esta victoria de María respondió con gran alegría. María es ahora la Reina del cielo que intercede por las necesidades de sus hijos. Nosotros también la proclamamos Madre de Dios cada vez que rezamos el Ave María.
Explicación de San Juan Pablo II
La maternidad es una relación entre persona y persona: una madre no es madre sólo del cuerpo o de la criatura física que sale de su seno, sino de la persona que engendra. Por ello, María, al haber engendrado según la naturaleza humana a la persona de Jesús que es persona divina, es Madre de Dios.
En noviembre de 1996 San Juan Pablo II explicó que "la expresión ‘Madre de Dios’ nos dirige al Verbo de Dios, que en la Encarnación asumió la humildad de la condición humana para elevar al hombre a la filiación divina. Pero ese título, a la luz de la sublime dignidad concedida a la Virgen de Nazaret, proclama también la nobleza de la mujer y su altísima vocación. En efecto, Dios trata a María como persona libre y responsable y no realiza la encarnación de su Hijo sino después de haber obtenido su consentimiento". Con esta Solemnidad se concluye la Octava de Navidad, un conjunto de ocho días, desde el 25 de diciembre, en los que la Iglesia celebra el Nacimiento de Jesús.
Por Juan Manuel García Castrillón
Abogado
