En momentos de crisis económica, con alto impacto en la población, la tasa de desempleo es un indicativo de las consecuencias de una paralización preocupante, aunque no es igual para todos los argentinos. En esa coyuntura San Juan ha marcado un récord histórico con sólo el 2% de desocupación, de acuerdo a la última medición del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
La Encuesta Permanente de Hogares del organismo alcanzó a los 31 aglomerados urbanos del país, con una población de 27,8 millones de personas de las cuales 11,82 millones se encontraban empleadas y un 9% estaba a la búsqueda de un trabajo remunerado, dice el informe. De todas maneras la medición oficial determinó una baja de 6 décimas con respecto al trimestre previo, es decir hay un leve repunte en la oferta laboral.
El Noroeste y Cuyo lideran en la baja del desempleo, en tanto la mayor desocupación se observa en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, con más del 10% de afectados. Son llamativas estas cifras si se tiene en cuenta que en el Producto Bruto Geográfico las economías regionales son las más sensibles a los vaivenes de la economía, pero también han aprendido a subsistir con desarrollos productivos, innovación y explotación racional de los recursos naturales como en la gran minería.
Pero también la generación de empleo en la actividad privada se nutre de la previsibilidad fiscal para dar forma a cada nuevo proyecto de inversión. En ese sentido se destaca la decisión de las autoridades sanjuaninas de no aumentar los impuestos provinciales durante el año que viene, extendiendo el beneficio impositivo de la ley Pyme hasta 2020 por considerarla una herramienta de desarrollo.
También San Juan es la primera provincia del país en comprometerse en la estabilidad fiscal reclamada por el sector empresario, en particular de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), ante el próximo vencimiento del plazo de la estabilidad fiscal prevista en la ley Pyme 27.264, a la que varios Estados provinciales adhirieron garantizando no aumentar los impuestos locales.
Es que los continuos cambios de reglas de juego quitan previsibilidad y competitividad a las pequeñas y medianas empresas, en particular, porque los costos internos son un punto de inflexión que puede ser la subsistencia o un estímulo para asumir nuevos desafíos, como ganar mercados externos con oferta competitiva. Con cifras claras por delante, como en este caso de la estabilidad contributiva, la captación de empleo genuino es una realidad, tal como ocurre en San Juan.
