
El enunciado principal a desarrollar tiene como desafío expresar una explicación posible del por qué la tradición cultural jachallera con su nutrido acervo de creaciones estéticas llama cíclicamente a todos los andantes de la tierra a experimentar y revivir su fértil contenido artístico que, si bien, hace centro cada año en la Fiesta de la Tradición y el Fogón de los Arrieros de Buenaventura Luna, a su vez expande su producción a otros géneros conexos y diversos de la poesía, la plástica, el canto y la danza. Un ejemplo de ello es don Carlos Mario "Pibo" Manrique, un extraordinario huaqueño que por allá en 1978 le contaba a un periodista porteño (que quería hacer una nota sobre la dignidad y el olvido de un rincón del interior del país). Don Pibo le relató lo siguiente: "en el año 1962 se inició la Fiesta de la Tradición y junto con dos maestras organizamos la escenificación del Fogón de los Arrieros (poema de B. Luna). Reclutamos 150 jinetes representando a cada provincia con el atuendo característico. Lo hicimos aquí en la cuesta de Huaco, desde el año 1962 a 1965.
Yo glosaba el fogón mientras iban bajando los chinos con sus Caballos… "El periodista porteño nos dice que Manrique fue a buscar una foto para adentro. En ese momento pensé en el molino de Buenaventura Luna que se alza en un recodo de la cuesta…"
Esta sola ojeada sumaria muestra la calidad de los artistas populares oriundos de la famosa Ínsula como osaba nombrar a Jáchal el legendario periodista, don Carlos Herrera Varas, que no se rinden ni se rendirán en la insigne faena de honrar la raíz de la cultura popular argentina en clave jachallera.
El mes y día
¿Por qué el mes de noviembre del año y el día 10 de dicho mes, es la fecha oficial de la Fiesta de la Tradición en Jáchal?
Bueno, una vez más, no hay casualidad, ya que en ese tiempo preciso "revienta la semilla de la tradición" en Jáchal, porque se honra y resume en una armonía perfectamente consciente el momento señero en que el Monumental José Hernández, creador del Martín Fierro, entregara el alma al creador. Es decir, que la existencia de la máxima fiesta popular del pueblo es en homenaje a la argentinidad expuesta en el libro nacional por excelencia y su insigne autor, vale decir, es una conexión virtuosa con el libro gaucho fundacional, o, como se suele decir, es un rememoración y recreación auténtica de la esencia de la biblia criolla, esto es, el Martín Fierro, de José Hernández, como poema "homérico" nacional por excelencia. Pero esos procesos en simbiosis no se originaron desde la mera apariencia de los sucesos, sino, que fue a partir de una cultura propia con méritos más que suficientes para hacerse acreedor por derecho propio y así poder para acceder a un lugar indiscutido dentro del crisol de matices que forman la cultura popular argentina. Y de este modo contribuir a la sana y renovada sostenibilidad de la identidad inconfundible de la patria de San Martín y Belgrano.
La tarea de Lepoldo Lugones
Si bien las elites de la cultura y el poder de Buenos Aires necesitaron, por ejemplo, que Leopoldo Lugones en 1913 los convenciera, en las conferencias del teatro Odeón que tuvieron lugar a raíz de los festejos del centenario encabezados por el mismísimo Presidente de la Nación Argentina, Roque Sáenz Peña y todos sus ministros, de que el Poema del Martín Fierro no era marginal y mal hablado, sino, que constituía el poema nacional por excelencia que expresa y reconoce artísticamente al pueblo a través de una espiritualización de su ser histórico en donde se resguarda y se rinde culto a la hermandad en la patria, Jáchal y su cultura gauchesca nunca dudaron de ello, y eso explica que desde el principio de la patria comenzará a levar su propia cultura armonizada con la historia de la patria volcada en la obra distintiva de José Hernández.
Arte poético nativo
En suma, todo lo expuesto en términos de argentinidad está amalgamado en el arte poético nativo con el fin de enfatizar más allá de la individualidad y la singularidad de cada cual, que existe un objetivo vínculo de hermandad transcendental vinculante. En el sentido de que un patriota debe representar para otro patriota el mismo corazón argentino como signo y símbolo característico de una relación de ciudadanía (lazo jurídico) y de una peculiar relación de fraternidad (lazo de amor), más allá de la lógicas diferencias y preferencias de cada uno, o, cada sector, o, cada grupo componente de la vida nacional.
Artistas que forjaron historia
Como no hay obra de arte sin artistas, es potencial y representativo del patrimonio estético jachallero nombrar a quienes a título enunciativo y no taxativo forman parte del colectivo de poetas y cultores que jalonaron y marcan con notable sustento el patrimonio inmaterial de la cultura del norte de San Juan. Ahí están en ese cuerpo geométrico notorio de la historia y de la cultura popular que aportaron a la tradición: Eusebio de Jesús Dojorti (Buenaventura Luna), Miguel Beato Tejada (poeta), Jorge Walter Posse (poeta y plástico), Juan Yañez, Pedro Ogas, Don Vicente Tito Capdevila (poeta y cantores), Benito Virgilio Luna (último decidor) , Dúo Hermanos Araya, Hnos. Eudoro y Camilo Aballay y Américo Gómez (cantores), Nicasio Vidable y Tono Cabanay (cantores y guitarrista), Luis Tello, Paraskibas Matihus y don Ubiler "Carnavalito" Fernández (estos tres últimos excelsos directores de la más selecta danza nativa nacional), Cosme Yañez y los de Jáchal (poetas, guitarristas, compositores y cantores). Marcelo Poblete, Marcelo "Pajaro" Caballero (cantores), Horacio Espejo, Tata Ahumanda, Mario Echegaray y Sohar Aballay (estos últimos como cultivadores y sembradores del arte del recitado al igual como los mejores en todo el país); y don Carlos Mario "Pibo" Manrique.
Por Dr. Mario Alfredo Luna
Abogado, exsecretario de Gobierno en Jáchal, exconcejal, Pte Concejo Deliberante de Jáchal.
Fabián Alberto Núñez
Profesor Enseñanza Primaria, Pro-secretario Escuela de Comercio Eusebio Dojorti (secundaria), exasesor Concejo Deliberante Jáchal, exdelegado Patrimonio Cultural en Jáchal.
