Dr. Guillermo Jaim Etcheverry.

Guillermo Jaim Etcheverry en su libro "La Tragedia Educativa" realiza un análisis del estado cultural de la sociedad argentina y su reflejo en las instituciones educativas. El título del libro es contundente respecto de la opinión del autor sobre la realidad educativa. Esta es analizada a partir de una amplia exposición de citas de reconocidos científicos, empresarios, escritores, humanistas; de datos estadísticos y de ejemplos que fundamentan claramente su posición. Guillermo Jaim Etcheverry es médico, docente e investigador. Se recibió en la Universidad de Buenos Aires y, actualmente, es especialista en neurobiología y profesor titular de Biología Celular e Histología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Fue decano de esta facultad entre 1986 y 1990. Desde 1971 es miembro de la Carrera del Investigador Científico del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). 

Una razón de importancia que fundamenta el título de la obra es que los niños y jóvenes argentinos no aprenden en las instituciones educativas. Esta es la "tragedia educativa". Así, en el primer capítulo, titulado "La situación actual de la educación: actitudes sociales y realidades económicas", el autor despliega una importante cantidad de datos estadísticos que reflejan el bajo rendimiento académico de los jóvenes argentinos.

Por ejemplo que en 1998, el 84% de los 1.727 alumnos examinados, en la Facultad de Medicina de la Universidad de La Plata, no logró responder ninguna pregunta y un solo alumno alcanzó a contestar la mitad del examen (p. 25).

Las razones que conducen a esta tragedia están enmarcadas en una serie de situaciones sociales, culturales y económicas de la realidad actual argentina. Una de esas causas es el escaso valor que los actores sociales involucrados en esa realidad (dirigentes, políticos, padres, alumnos, etc.) dan a la educación. 

Al respecto el autor afirma que "muy posiblemente, el descuido de la educación por parte de la dirigencia social así como el descenso experimentado por el rendimiento académico de los niños y jóvenes reflejan una profunda modificación en las expectativas que la sociedad deposita en la escuela (p. 45). La sociedad argentina en general no valora el conocimiento y exige poco de las instituciones educativas". Esta conclusión es fundamentada a partir de diferentes datos. Por ejemplo comparaciones estadísticas con otros países como Japón.

En Argentina el 80% de los padres está satisfecho con la educación que reciben sus hijos mientras que en Japón sólo el 35%. Otra razón de peso que fundamenta esta hipótesis es el escaso porcentaje del Producto Bruto Interno que la Argentina dedica a su educación primaria y secundaria en comparación con los países de la OCDE. 

Otro aspecto a tener en cuenta en las causas de esta "tragedia educativa" , son los valores sociales transmitidos por los adultos y, especialmente, a través de los medios masivos de comunicación a cuyos productores los denomina "los verdaderos pedagogos nacionales". Ante esta situación el autor alerta sobre el peligro de extinción de la escuela como institución.

En este sentido una idea central del texto La Tragedia Educativa es la escasa significación social que la sociedad brinda a la Escuela. Sin embargo, es importante contrastar esta impresión con los datos del Informe Argentino de Desarrollo Humano 1998. Este refleja una investigación realizada por 30 universidades nacionales, en la que entre una de sus conclusiones afirma que los argentinos le asignan a la escuela un valor central en la construcción del futuro. 

Por José Correa
DIARIO DE CUYO