Por contrato. El Mundial de Superbike pasó por El Villicum por segundo año consecutivo. El contrato entre la organización y el Gobierno de San Juan fue por tres fechas, es decir, hasta 2020.

 

El boicot que generaron el sábado algunos pilotos del Superbike sigue dando sus coletazos. Ya el domingo el clima en el Circuito San Juan Villicum era raro y recién con la bandera a cuadros y el champán del podio cambió el semblante. No obstante, aún hay enojo de los pilotos con la organización y especialmente del Gobierno de San Juan con el World Superbike y la empresa que trajo el evento a Albardón. ¿Pone en riesgo lo que pasó el fin de semana otra presentación de la segunda categoría más importante del mundo en la provincia en 2020? Existe un contrato vigente cuya firma dice que no, pero puede pasar mucho de acá a un año y nadie da por hecho nada.

La pista estuvo en el ojo de la tormenta todo el fin de semana. La repavimentación del circuito para la segunda presentación del Superbike se hizo a pedido de la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) para evitar problemas, pero eso no sucedió pese a que lo inspeccionó y aprobó antes de la carrera. El trazado evidentemente estaba sucio, no tenía el engomado necesario (eso genera agarre y se lo da el paso de los neumáticos) y además, con las altas temperaturas del viernes y sábado, se desprendió una sustancia aceitosa propia del asfalto, que puso la pista resbaladiza. Eso, de acuerdo a los especialistas, se hubiese eliminado con una limpieza intensa y el paso de vehículos de competición, pero ya no había tiempo.

El día sábado, el del conflicto, hubo una reunión entre los pilotos y de acuerdo a un texto que algunos corredores subieron a sus redes sociales había 14 de 18 (había un lesionado, Loris Baz) que no querían disputar la Carrera 1 por considerar que las condiciones de la pista eran peligrosas. Pero que cuando se lo plantearon a las autoridades, de esos 14 sólo 6 mantuvieron el boicot. Ellos fueron Eugene Laverty, Chaz Davies, Marco Melandri, Leon Camier, Ryuichi Kiyonari y Sandro Cortese. El resto corrió y ninguno tuvo inconveniente alguno, con triunfo del español Álvaro Bautista.

Uno de los que encabezó la revuelta fue el veterano Laverty, quien destrozó a los pilotos que sí querían competir. "Nos presionaron a todos para correr, pero nos juntamos los pilotos y el 90% se negaba. Sólo había unos tontos que sí querían, como Bautista y Rinaldi", se despachó Laverty, a quien su equipo le soltó la mano pues emitió un comunicado diciendo que no apoyaba su decisión.

A su vez, Chaz Davies (compañero de Bautista y quien el domingo terminó segundo) le dio duro a la Federación Internacional de Motociclismo por homologar al Circuito San Juan Villicum. "No deberíamos estar en la situación de venir a un circuito en 2019 con condiciones como esta. No deberíamos estar aquí en absoluto. La presión que añade salir en condiciones de riesgo es enorme y nada es más importante que la seguridad en este deporte. Ya es bastante peligroso y Loris Baz se fue a su casa con una muñeca rota. Lo vimos venir", dijo. Lo cierto que Baz no estaba fracturado, de hecho largó el domingo la Superpole aunque volvió a caerse.

La FIM, a su vez, emitió un comunicado en el que destacó que tras 2018 pidió repavimentar el trazado y que superó todas las inspecciones de seguridad antes de la actividad del fin de semana.

Las autoridades del Gobierno de San Juan estuvieron atentas a todo lo que sucedía. Los rumores de suspensión, las quejas de los pilotos y la pálida grilla con 12 competidores el sábado no cayeron para nada bien. Y le apuntaron al organizador del Superbike en Argentina, al mendocino Orlando Terranova y a su empresa OSD Group, para que respondiera ante la situación. Si bien la carrera del sábado finalmente se disputó, el papelón y lo que pasó en la previa generó tal enojo que altas fuentes vinculadas a Casa de Gobierno revelaron que aquella noche del sábado hubo una tensa reunión con la gente del Superbike. Y que el propio gobernador Uñac advirtió que si no respetaban el contrato lo iban a dar por caído y que no habría carrera el domingo. Y eso, para el Superbike, hubiese sido una vergüenza mundial. En Gobierno entendían que habían hecho todo lo que pidió la organización (OSD como representante en Argentina de Dorna) y también la FIM, por ende solicitaron un resarcimiento económico por la revuelta de un grupo de pilotos que recorrió los portales especializados del mundo entero e impidió al público ver una carrera con todos los participantes.

El domingo Terranova lo saldó, a las apuradas, con un sorteo entre los espectadores de una poderosa y costosa Kawasaki 400 ABS (lo ganó una mujer llamada Mónica Micheli) y dos motos más que entregarán a dos escuelas.

Terranova se justificó al decir que los "huelguistas" están en la etapa final de sus carreras y que hay una interna entre pilotos y sponsors. Un dato es concreto, los equipos cuyos pilotos no corrieron se enfrentan ahora a posibles sanciones, como falta de pago de premios y bonificaciones, pero de los seis del boicot, hay cinco (Laverty, Kiyonari, Camier, Melandri y Cortese) que abandonarán esas estructuras al final de temporada.

Así, pese a los problemas de la pista, San Juan quedó en medio de una fractura interna (si hasta la FIM cree que no está bien que Dorna, la empresa dueña del Superbike, tenga también el manejo del MotoGP) en el SBK.

Lo concreto es que de momento habrá Superbike en San Juan en 2020. Pero desde mañana, la situación puede cambiar. Dicen que habrá exigencias nuevas para el anfitrión, pero que a su vez San Juan no se va a quedar atrás pues hará valer los derechos de quien pone los recursos. Es más, en Gobierno ya ni siquiera quieren una fecha al final del calendario porque por segundo año consecutivo el campeonato llega definido y porque en octubre se registran temperaturas altas que hasta hacen dudar al público con asistir. Se abre, entonces, la ronda de conversaciones.

Desde su estreno, El Villicum ya tuvo dos etapas de reasfaltado. La última fue casi total.

 

El autódromo. El Circuito San Juan Villicum tiene una de las más altas homologaciones, tanto de la FIM como de la FIA.
 

 

 

En el ambiente del Superbike entienden que el boicot de los seis pilotos no pasará a la ligera. Y que el papelón en el que se vio envuelta la categoría tendrá consecuencias, por ende no descartan que haya sanciones por parte de la Federación Internacional de Motociclismo para los seis huelguistas que no disputaron la carrera del sábado en Albardón.

Caídas

Caídas de pilotos de WSBK y WSSP hubo a lo largo del fin de semana. Y eso, pese a las críticas sobre las condiciones de la pista, está muy por debajo del promedio habitual.

Mantenerlo entre carreras, la clave

Desde que fue inaugurado el autódromo de Albardón, el asfalto fue eje de las críticas. Ahora fue reasfaltado pero no tuvieron tiempo para "trabajarlo". Si el fin de semana hasta sondearon a unos pilotos de automovilismo para que giraran en la pista para intentar limpiarla y engomarla. El español Álvaro Bautista dijo que El Villicum es uno de los mejores del mundo; pero advirtió que será clave mantenerlo para que no pase tanto tiempo entre carreras. Este año sólo tuvo al TN, al TC y al Súper TC2000 antes del Superbike.