Se levanta a las 4 de la mañana para ir a su primer trabajo del día. Después de completar su labor en la recolección de residuos en la Municipalidad de Rivadavia, Julio "Fino" Balmaceda vuelve a su casa cerca de las 10 pero ahí no más aprovecha para salir hacer "changas" como electricista. Dice que retorna a su casa a las 14, almuerza y parte a Marquesado para encarar un nuevo entrenamiento. Por las noches, dos días a la semana juega al futsal y el resto de la semana se dedica hacer comidas rápidas junto a su mujer. "No quiero que mis hijos pasen cosas que yo pasé, me gusta todo lo que hago y mientras sea para llevar un peso más a casa, vale la pena", afirma el reconocido futbolista sanjuanino.
Con 41 años, el "Fino", como lo conoce todo el mundillo futbolero sanjuanino, vistió una decena de camisetas de clubes sanjuaninos, también de Mendoza, de Misiones y también probó suerte en Tigre, donde él mismo reconoce que no supo aprovechar esa chance en su plena juventud. Alcanzó la gloria más de diez veces, entre ascensos y títulos obtenidos en su extensa trayectoria. Hoy en el epílogo de su carrera, el "Fino" disfruta del fútbol como lo hizo siempre, vistiendo los colores de su amado Marquesado el club que lo vio nacer.
Apenas terminada su jornada laboral en la recolección, hace un parate en el camión para la entrevista con DIARIO DE CUYO. "Estoy muy tranquilo, sigo haciendo lo que me gusta. Disfrutando porque no se si éste será el último año, yo me siento bien asi que creo que para un añito más llego", dice el experimentado volante ofensivo aclarando que este año tuvo una sola lesión: un desgarro en el isquiotibial. Y la vigencia del Fino queda plasmada en el rendimiento de Marquesado en el Torneo de Invierno, hoy marcha sexto y en zona de clasificación a Octavos de final.
SU TRABAJO, SIN DESCANSO
El futbolista del Far West no descansa. Trabaja en el municipio como contratado hace 8 años y sueña con algún día quedar en planta permanente. Ahí entra a las 5 de la mañana y desde ese momento, corre al costado del camión levantando residuos, ramas y hasta escombros. "Me gusta lo que hago y lo hago porque necesito. Estoy transpirado entero pero no es un sacrificio para mí, es más me viene bien como entrenamiento", expresa entre risas explicando que es un trabajo más. "Es peligroso por el tema en que te podes caer del camión, te podes lesionar, tenes que tener mucho cuidado cuando te toca levantar escombros o algo así. A mí me conviene por el horario, si bien no dormís bien porque te levantas en plena madrugada, después te queda tiempo para hacer changas", manifiesta. Es que Balmaceda junto a su amigo Carlos Rut se dedican a hacer trabajos como electricistas. "Cuando llego a mi casa cerca de las 2 de la tarde, aprovecho ese poco tiempo para descansar y aprovechar con mis hijos. Hace mucho que no se lo que es dormir la siesta", dice. Es que cerca de las 16 parte al club para su cable a tierra diario: jugar al fútbol. "Lo sigo disfrutando, el día que no me pueda las piernas ahí sí diré hasta acá llegué", manifiesta.
"Por ahí hay días que no me quiero levantar pero lo tengo que hacer por mis hijos, por necesidad, por todo. No quiero que pasen cosas que yo viví"
En su casa, a unos metros de la "Curva de los tontos" en Marquesado, junto a su mujer Erica Gómez tienen un local de comidas rápidas, donde el futbolista se encarga de la cocina y también hace delivery. Esa rutina se interrumpe dos veces por semana: los martes cuando viaja hasta Rawson para jugar al futsal -disciplina en la que está debutando- en Barrios de Pie y los jueves, cuando le toca jugar por el campeonato de futsal. "No es fácil vivir del fútbol acá en San Juan por eso tenes que laburar, tenes que hacer esto para ayudar a tu familia, tenes que mentalizarte que es por el bien de tu familia", dice.
LA MUERTE DE SUS PADRES LO PUSO AL FRENTE
El "Fino" Balmaceda dice que su extensa rutina diaria tiene sus argumentos. "Por ahí hay días que no me quiero ni levantar pero lo tengo que hacer: por mis hijos, por la necesidad, por todo. Gracias a Dios que tengo laburo porque hay gente que no tiene qué comer. Yo trato de hacer lo mejor posible para que mis hijos no pasen cosas que pasé yo a la edad de ellos", comenta y se refiere a sus cinco hijos: Iván (21), Juliana (17), Pía (11), Bastian (5) y Jana (4). Se le llenan los ojos de lágrimas al recordar su adolescencia cuando con 19 años quedó al frente de su familia tras la muerte de sus padres.
"Mi viejo falleció en el ´95 y mi mamá en el 2000, yo tenía 19 años y como mis dos hermanas mayores vivían en Buenos Aires me tocó hacerme cargo de mis hermanos, mi hermana más chica tenía 9 años y el más grande 17. Me pasaron un montón de cosas ese año, jugaba en Marquesado y justo habíamos salido campeones", comenta y sigue su relato: "Yo laburaba en la terminal en una empresa de limpieza y como había que salir adelante, con mis hermanos hacíamos changas de lo que sea, salíamos a cosechar y yo después me iba a entrenar. Hice de todo para criarlos de la mejor manera y hoy puedo estar tranquilo porque tenía miedo que alguno de mis hermanos saliera mal. Por ahí te quedas sin mamá y sin papá y elegís el mal camino pero gracias a Dios hoy están muy bien, todos comen y ya hicieron familia", manifestó.
EL FÚTBOL SU CABLE A TIERRA
Se inició en Marquesado, el club de sus amores, pero jugó en casi todos los clubes de la provincia. Julio Balmaceda, el "Fino" para todos, perdió la cuenta de cuántos ascensos y títulos consiguió. Él mismo lo repasa: "Salí campeón en Marquesado y me fui a Villa Obrera, salí campeón con la Villa en el Argentino A, volví a Marquesado y después ascendí con Sportivo. Volví a Marquesado, me fui a Sportivo otra vez y ascendimos al Argentino A. Después perdimos la final con Ben Hur en el Argentino A y me fui a Tigre. Volví y jugué en San Martín de Mendoza, Luján de Cuyo, ascendí con Huracán Las Heras, volví a Sportivo y me fui a Guarani Antonio Franco de Misiones. Volví a Sportivo, me fui a Del Bono, jugué en Arbol Verde, Peñarol, Trinidad, ascendimos a Primera con Juventud Unida de Pocito, volví a Del Bono y ahora me toca estar en mi club", cuenta refiriéndose a Marquesado.
Dice que tiene tres clubes en su corazón: Marquesado, Desamparados y Del Bono y que le hubiese gustado jugar en Colón Junior, por el "fútbol aguerrido que lo caracteriza".
"El fútbol siempre ha sido mi todo. Era lo que me hacía bien incluso en los malos momentos y aparte ganaba unos pesos, no se me dio en Jugar en Primera pero si jugué en Nacional B, en todos di lo mejor de mí"
Hoy con 41 años y con otra madurez, hace autocrítica y dice que le quedó como cuenta pendiente su paso por Tigre en la B Nacional: "Si yo me hubiese quedado en Buenos Aires cuando estuve cuatro meses en Tigre, las cosas quizás hubiesen sido otras. Me vine a San Martín de Mendoza donde ganaba la misma plata que allá pero estaba más cerca de mi familia, tenía 21 años en ese momento y por ahí hay cosas que uno no pensaba bien".
Ya va terminando su jornada laboral en su trabajo en la recolección de residuos pero el viernes le depara todavía otros trabajos más y el ansiado descanso llegará pasada la medianoche cuando culmine con el delivery de comidas. Claro que su motivación seguirá siendo siempre la redonda, sobre el retiro él mismo afirma que lo va analizando: "Yo voy a jugar hasta dónde me den las piernas, recién en ese momento diré hasta acá llegué, por el momento me siento bien asi que me queda disfrutar al máximo con esa camiseta que es mi todo", expresó el "Fino", ese multifacético que aspira a seguir al menos un año en el deporte que lo apasiona.