Detrás del crimen del calingastino Oscar Aníbal Astudillo (32) hay una vieja rencilla entre la familia de él y la de al menos uno de los tres sospechosos detenidos. Se trata de Sebastián Fernández Torres, alias "Zurdo", protagonista de un grave antecedente ocurrido en 2014 que está vinculado al reciente asesinato.
Según fuentes policiales, al "Zurdo" Fernández, de 34 años, le falta un riñón a causa de un ataque que sufrió a manos de un hermano del ahora asesinado, llamado Diego. Ese hecho ocurrió en los primeros minutos del 2 de noviembre de 2014. En ese entonces Fernández tenía 26 años y supuestamente ya tenía problemas con al menos uno de los Astudillo, Diego.
En teoría, esa noche ambos bebían con otros amigos en un comercio de la localidad calingastina de La Isla cuando de un momento a otro comenzaron los problemas. A Diego Astudillo lo acusaron y luego detuvieron por darle un cuchillazo a Fernández en el costado izquierdo del abdomen. Los estragos de esa puñalada resultaron irreversibles en el riñón izquierdo de la víctima, pues los médicos del Hospital Rawson debieron quitárselo por los daños que presentaba. Lo más importante fue que sobrevivió, mientras que su agresor luego recuperó la libertad.
Esos desencuentros al parecer continuaron y esa rivalidad terminó ahora de la peor manera para Oscar, otro de los Astudillo, que son oriundos de la Villa Corral. La pelea que le costó la vida fue en la noche del pasado 16 de agosto, en inmediaciones de Juan Jufré y Rawson, en la Villa Calingasta. El otro protagonista fue ni más ni menos que Fernández.
Los investigadores tratan de establecer si fue Astudillo quien provocó a Fernández, o si en realidad fue al revés. Hasta hay una versión que dice que el fallecido fue a defender a un hermano. Lo que se sabe es que luego de un cruce de palabras comenzaron los golpes y allí habrían aparecido en escena los otros dos detenidos, "Pichón" Navarro (42) y "Pinki" Castillo (31), que son amigos de Fernández y que están acusados de haber participado en la brutal golpiza contra el fallecido.
A los sospechosos les secuestraron una camioneta en la que supuestamente huyeron de la escena.
Al parecer la batahola fue grande. A Astudillo, según la versión de testigos, le dieron patadas, golpes de puño y piedrazos. Sufrió fractura de cráneo y otras graves lesiones que en la noche de este lunes echaron su suerte para siempre.
El caso es investigado por el fiscal coordinador de la UFI Delitos Especiales Iván Grassi, quien viajó junto a su equipo a Calingasta para obtener más datos que puedan ayudar a echar luz a la causa.
Astudillo era padre de un nene menor de edad y trabajaba haciendo changas. La Policía tuvo que montar un operativo de seguridad en algunos domicilios calingastinos debido a amenzas cruzadas. Mientras, la investigación continúa y en las próximas horas los acusados conocerán la acusación y tendrán la posibilidad de declarar ante un juez de Garantías que dispondrá, dependiendo del pedido de Fiscalía, si los deja preso o excarcela.