Un hombre de 34 años que trabaja como panadero denunció que fue asaltado por delincuentes que le pusieron un arma de fuego en el pecho, le robaron el celular y lo atropellaron cuando quiso detenerlos. Terminó muy herido y tuvo que recibir asistencia médica en el Hospital Rawson.

El hecho ocurrió durante la madrugada de ayer domingo, alrededor de la 1.20, cuando la víctima se encontraba afuera de La Meseta, esperando a unos amigos para ingresar a ese boliche ubicado en Rawson.

La denuncia indica que el panadero estaba en su auto junto a un amigo, estacionados sobre la calle Abraham Tapia, a unos 100 metros al Sur del ingreso al local. La víctima dijo que mientras se encontraba en el interior de su vehículo observó que muy cerca se había parado un Peugeot 405 color verde con tres sujetos en su interior, mientras que afuera había otro hombre que estaba con ellos y que se había bajado a orinar al lado de un árbol.

"Estaba concentrado mirando el celular, con la ventanilla baja, cuando dos de ellos, que estaban encapuchados, se me vinieron", contó el hombre, que pidió no ser identificado. Y agregó: "Sin decirme nada uno me agarró el celular y me puso un arma en el pecho. El otro sacó una punta y me dijo: ‘no seas boludo, aflojá’. En ese momento de locura yo no lo soltaba y empezamos a forcejear. Quería abrir la puerta pero del otro lado me la empujaban con las piernas".

Los delincuentes lograron quitarle el celular y se subieron al 405. El panadero se bajó y quiso hacer justicia, sin imaginarse que esa decisión casi le costaría la vida: "Cuando arrancaron el auto me les puse adelante y me atropellaron. Me volaron los lentes, las zapatillas. Como pude me levanté y salí a buscarlos mientras mi amigo llamaba a la Policía".

El panadero dijo que tenía activa la ubicación del teléfono y que pudo rastrear desde el de su acompañante que los ladrones habían ingresado por un callejón cercano. Ya con el apoyo de la Policía, consiguieron alcanzar al vehículo, que al parecer se había quedado sin combustible o tenía alguna falla mecánica, puesto que estaba detenido. En ese momento los policías detuvieron a los dos sospechosos que estaban en el auto, que se hacían los desentendidos. En la denuncia consta que el damnificado indicó que ellos no fueron quienes lo asaltaron, pero que pudo reconocer que eran quienes estaban con los otros.

La víctima explicó a este diario que él continuó rastreando el aparato, pero que no tuvo suerte porque los ladrones le quitaron el chip. La última señal fue emitida desde una casa del Barrio Las Pircas, en Rawson, pero la Policía no pudo entrar por no tener la órden de un juez. "La casa por fuera se veía abandonada pero parecía que adentro había alguien", acotó el trabajador.

El celular es un Samsung S21 que tiene un valor cercano a los $150.000.

La víctima luego de todo eso fue trasladada al Hospital Rawson, donde ingresó con raspones en gran parte de su espalda, un corte bastante profundo en su rodilla izquierda y una lesión en su pie derecho, que todavía lo tiene muy hinchado.

"Me levanto de la cama con la ayuda de alguien y casi no me puedo mover. Me atropellaron de frente, casi me matan porque además fui arrastrado como 15 metros. En el hospital mientras me hacían los puntos en la rodilla no sentía nada y me dieron que tenía un golpe de adrenalina tremendo. Ahora se me ha pasado el shock y siento dolores casi inaguantables", se quejó.

Y concluyó: "Soy una persona humilde, no le hago mal a nadie. Cuando se me vinieron pensaba que me iban a pedir fuego, pero cuando vi el arma entendí que era un asalto. Cuando llegué a mi casa mi mamá y mi hermano se pusieron a llorar. Ella siempre me dice que en casos así hay que entregar todo. Pero fue tanta la impotencia, no quería que se llevaran algo que me ha costado tanto esfuerzo".

 ASÍ QUEDÓ EL PANADERO