Son las fantasías sexuales aquellas que logran transportar a los seres humanos a los lugares más íntimos, sensuales y secretos de la mente. Son las que alimentan el deseo, intensifican el placer, y enriquecen la vida sexual.

 

Estas representaciones imaginarias de deseos conscientes e inconscientes se manifiestan de manera explícita o implícita tanto en hombres como mujeres, aunque para ellas aún sea un tema tabú.

 

"El campo de la fantasía es tan vasto y cambiante como personas existen", explicó Walter Ghedin (MN 74.794), médico psiquiatra y sexólogo.

 

"El mundo de la imaginación está en peligro por el avance del visual y virtual. Tenemos que defender el mundo de la imaginación ante tanto avance de la realidad virtual que abruma e impone su fuerza sobre todo en el área sexual", resaltó Ghedin

 

Para el especialista, la exposición de tantos cuerpos, de poses de variedades, debe ayudar a motivar los cuerpos y a reproducir lo visto como una representación mental posible de ser modificada según el "gusto y el placer de los amantes".

 

El recuerdo de esos estímulos externos que en algún momento incitaron a la persona puede volver con el agregado que cada uno quiera. La representación es un recupero en la mente de una imagen que alguna vez provino del mundo externo (personas, olores, gustos, tacto, entre otros) y vuelve a la mente en forma inesperada o cuando se hace intervenir a la voluntad.

 

La fantasía como fenómeno mental se hace presente gracias al deseo que la alimenta. Y el deseo sexual, a medida que los cuerpos se incentivan con la anticipación o la presencia del contacto, no solo "toca" los cinco sentidos, sino que también influye en simultáneo en los fenómenos mentales para activar imágenes eróticas.

 

Cada una puede armar su propia película mental y cambiarla según las preferencias. Por lo general expresan deseos difíciles de concretar, ya sea por pudor, inhibiciones, normativas morales, o bien por lo sofisticado de la propuesta. Y si bien las fantasías juegan en los extremos del sexo fuerte y del romanticismo, las del sexo más fuerte y transgresor llevan las de ganar.

 

-Tríos: para los hombres, lo más frecuente es soñar con tener sexo con por lo menos dos mujeres. La virilidad y el vigor sexual se estimulan con estas imágenes que incrementan su seguridad y confianza en sus dotes amatorias, detalló Ghedin.

 

-Colectivo: ver a su pareja teniendo sexo con otro suele ser muy incitante. Representa el deseo de intercambio de parejas o de sexo grupal.

 

-Las de poder: el uso de implementos de dominación como ataduras (bondage) mientras los hombres son penetrados por sus parejas, tanto hombres como mujeres, son también imágenes frecuentes, según el especialista.

 

-Contexto variado: tener sexo en lugares abiertos, observados u observando a otros; coquetear y tener relaciones con parejas conocidas aparecen en el amplio panorama de las fantasías masculinas.

 

Las románticas son las menos frecuentes. Tantos lo hombres como las mujeres enamorados suelen tenerlas con la persona amada. Sin embargo, con el paso del tiempo, esas fantasías románticas no son suficientes y precisan un agregado más fuerte, "más animal", como si el impulso más salvaje, desinhibido y transgresor diera cuenta de un deseo que necesita apartarse de la norma para encontrar más excitación, concluyó el especialista