Señor director:

Las llamadas intimidatorias, cualquiera sea sus naturaleza, responden a conductas inaceptables que deberían ser combatidas mediante algún sistema efectivo que ponga al resguardo a sus afectados o víctimas.

Las hay de toda naturaleza, pero una de las que más indignación provoca es cuando se amenaza con un atentado a una escuela. Ese tipo de llamadas deberían ser investigadas y, una vez descubierto su autor, aplicarle sanciones ejemplares a fin de desalentar a todo el que piense realizar esos "chistes” de mal gusto que pueden terminar muy mal, con chicos saliendo de una escuela en situación de emergencia, lo que siempre es muy peligroso.

Espero que este comportamiento quede desterrado lo más pronto posible, con un accionar de vigilancia no solo de la policía, sino de todos los docentes y los padres, a quienes les corresponde la responsabilidad de detectar cuando sus hijos o hijos de sus amigos utilizan estos recursos, simplemente por divertirse o por obtener algún rédito.

 

Leonardo Miranda M.     DNI 26.791.864